En Argentina se generan 4 millones de nuevos casos judiciales por año. Esta impactante afirmación fue realizada por el Dr. Abel Fleming, en su calidad de Presidente de la Federación Argentina de la Magistratura (FAM), a través del comunicado de prensa que distribuyeran antes de que el pasado miércoles 27 de mayo realizaran una jornada pública y nacional de la que participaron los jueces y magistrados de los poderes judiciales de las provincias argentinas y de la nación. Lo hicieron con el objetivo de ayudar a una mejor convivencia social, para lo cual señalaron que daban un paso al frente en todo el paÃs.
Luego de que la FAM se preguntara ¿Y si la justicia fuese un barco?, se contestó lo siguiente: “PodrÃamos decir que ese barco tiene gran parte de su instrumental de navegación obsoleto, aunque se haya adquirido algún equipamiento nuevo. La tripulación es insuficiente para la navegación. Sus dos motores están averiados. En el casco se ven agujeros por donde entran vÃas de agua que amenazan su flotabilidad. Y eso no es lo peor. El principal problema es que el barco está diseñado para transportar 500 pasajeros, y en cubierta y camarotes hay más de 1000. Y todavÃa más: en el muelle se en-cuentran otros mil con el billete en la mano. Y quieren subir… Ahora, lo más grave es que, parte de los que están a bordo, quieren ir a un lugar al cual este barco no los llevará jamás. Algunos de los que están en el barco, deberÃan viajar por otro medio. Algunos de los que están en tierra, hace tiempo deberÃan estar a bordo del barco. De pronto alguien grita: ¡Hay que arreglar ese motor! ¿Es necesario hacerlo? ¡Por supuesto! Pero si todos giramos la cabeza y resolvemos ese arreglo puntual, superado el obstáculo, el barco seguirá en el mismo sitio, con los mismos problemas. La Justicia, ese barco metafórico e irremplazable, no será lo que todos deseamos si no definimos quiénes deben estar a bordo, si no contamos a dónde va y a dónde no va, si no indicamos los transportes alternativos, si seguimos poniendo parches y reemplazando piezas.â€
La FAM confesó que los poderes judiciales se parecen a una nave que se ha desviado de su verdadero rumbo, que está a la deriva. Sin embargo, se han equivocado en entender y ex-plicar las razones o las causas que generaron la pérdida de dirección y su alejamiento del propósito fundamental que justifica su existencia, que no es otro que el de respetar y hacer respetar la Constitución y los Derechos Humanos.
¿Conocen la realidad?
En el mismo documento, los miembros de la FAM refirieron que conocen la realidad de la justicia en las capitales y en los lugares más recónditos de cada una de las provincias y jurisdicciones. Afirmaron que viven dÃa a dÃa la problemática y la complejidad de la totalidad de los fueros de la justicia ordinaria, y que están en contacto con los problemas de los ciudadanos, incluso cuando dejan de estar en la tapa de los diarios. A partir de esta reflexión, reclaman atención a la totalidad de los problemas planteados, proponiendo y comprometiéndose en la ejecución de las soluciones.
Sin embargo, gran parte de la opinión pública piensa que los jueces y magistrados viven alejados de la realidad, inmersos en un microclima muy especial, que algunos caracterizan y califican como corporativo y elitista. Otros sectores de opinión sostienen que los magistrados perdieron independencia, neutralidad y transparencia, por propia decisión y por el incumplimiento de muchas de sus responsabilidades, lo que se fue produciendo a medida de que cedieron espacios institucionales que terminaron por quedar en manos de los poderes polÃticos y económicos de turno. Todo esto ocasionó una creciente y acelerada degradación de los poderes judiciales, que terminaron por ser fuentes de operaciones de todo tipo, absolutamente funcionales a la profunda crisis del sistema republicano del gobierno, cuyo desenlace es impredecible.
Miraron por el ojo de la cerradura
La buena movida de la FAM se ve relativizada en función de haber tomado como eje excluyente la idea de la construcción de un escenario de mayor protección contra la inseguridad que deriva de la violencia creciente que se produce en el escenario de los delitos. Hacen hincapié en el colapso de la justicia penal, dejando de lado el profundo y complejo conflicto que supone el pésimo funcionamiento de la justicia como poder del Estado. Es evidente que se han expresado desde una visión muy reducida y parcial.
La estrategia de la Federación es la prueba más elocuente del fenómeno del “ojo de la cerraduraâ€, que impide que jueces y magistrados accedan a un diagnóstico completo, claro y cabal de la profunda situación de crisis estructural del poder judicial. La mayorÃa de las justicias provinciales se encuentran en procesos de degradación institucional o en vÃas de colapso, con todas las consecuencias que uno pueda conocer o imaginarse.
Salvo pocas excepciones, los jueces y magistrados no osan o no alcanzan a comprender que son partes responsables del agudo deterioro del sistema. No asumen sus propias responsabilidades en el largo proceso de desestructuración del servicio de justicia. Y se enojan cuando son cues-tionados, sobre todo quiénes han contribuido al deterioro o son parte del proceso de deterioro en marcha.
En cualquier caso, tienen limitaciones personales para reconocer la realidad judicial tal cual está, lo que supone una postura que rechaza el inicio de un proceso de cambio y mejoramiento, gradual y paulatino, que permita recuperar una justicia independiente, neutral, transparente y eficiente, que funcione con jueces elegidos de acuerdo a lo que establece la Constitución, comprometidos con ella y con la tutela de los derechos, de las garantÃas y de las libertades públicas y privadas de la ciudadanÃa.
Las verdaderas causas de la crisis
La extraordinaria congestión de causas en el campo delictual, que ha generado el colapso del sistema de justicia penal, no es la causa de la crisis del poder judicial sino uno de las consecuencias del fenómeno de la degradación institucional que afecta profundamente el funcionamiento del servicio de justicia.
La pérdida real de autonomÃa financiera y económica del poder judicial ha sido el punto de partida al cabo del cual se redefinieron las polÃ-ticas judiciales o se ausentaron las polÃticas que dejaron de estar en el espacio institucional estratégico que le corresponde ocupar a la justicia, generándose un vacÃo de gestión que terminó por acentuarse en el curso de los últimos años, y que no se disimula con la construcción de torres ni de edificios para juzgados de paz o comprando muebles o confort para algunos pocos privilegiados en instancias superiores.Â
La realidad muestra que las decisiones financieras y económicas que inciden en el espacio judicial están en manos de los poderes polÃticos de la Nación y de las provincias. Con el pretexto de las limitaciones o los ajustes presupuestarios rigen las polÃticas fiscalistas y monetaristas, en las que se priorizan las reservas del Estado para el pago de la deuda externa o para comprar voluntades, lo que quita o retacea fondos que debieran ser destinados a financiar el correcto funcionamiento del servicio de justicia.
El colmo del ejemplo en este tema son los presupuestos dibujados para los poderes judiciales que desembocan en la sub-ejecución de los recursos, como estrategia pactada para esconder o disimular los ajustes financieros y económicos. En definitiva, no existe ninguna posibilidad de llevar adelante polÃticas judiciales que respondan a las necesidades de la población sin el adecuado y opor-tuno financiamiento.
Degradación de la justicia chaqueña
En el mes de junio del año 2002 la Asociación de Magistrados y Funcionarios Judiciales del Chaco se pronunció a través de un magnifico documento en donde fijó, con total claridad, la postura que asumÃa en oportunidad en que se arrasaba con el sistema de garantÃas democráticas y de libertades públicas. A través de un documento institucional, la Asociación alertaba acerca de la sistemática degradación institucional que se estaba produciendo. El funcionamiento de la justicia chaqueña estaba plagado de irregularidades.
La degradación se profundizó como consecuencia de las designaciones anticonstitucionales de los jueces Ãvalos y Franco, seguido de Toledo, lo que generó la pérdida de independencia, externa e interna, de la justicia y provocó su vertiginosa caÃda que se tradujo en la falta de neutralidad, transparencia, objetividad y eficiencia en la prestación del servicio de justicia.
La degradación fue en aumento; a tal punto esto es asÃ, que el actual estado de situación es de gravedad institucional, y tiende a consolidarse negativamente como consecuencia de la ausencia de definiciones institucionales que se orienten a reestablecer la vigencia de la Constitución, comenzando por la destitución de los jueces que integran la mayorÃa automática en ejercicio en el Superior Tribunal de Justicia, mediante la declaración de inconstitucionalidad de la amañada ley que posibilitara que los nombrados prescindieran de rendir concurso de antecedente y oposición, previos a ser nombrados.
Luego de este primer paso, debiera planificarse la profunda reforma judicial que hay que encarar, hasta sanear y eficientizar el poder judicial.
Algunas de las grandes irregularidades
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Entre las grandes irregularidades que afecta el funcionamiento cotidiano de la justicia chaqueña nÃtidamente se destacan los nombramientos anticonstitucionales de los jueces Ãvalos, Franco y Toledo, todos adictos al rozismo. La consecuencia inevitable de esta grave irregularidad es la falta de independencia de la justicia, que funciona condicionada por intereses polÃticos, económicos y sectoriales, hasta que se transformó en una justicia corporativa, elitista, adicta y complaciente.
También se aniquiló la independencia interna en el funcionamiento diario y cotidiano del poder judicial, en cuyo ámbito algunos jueces y magistrados son objetos de continuas presiones, especialmente aquellos que se dedican a proteger la Constitución y la vigencia de los derechos humanos.
El aniquilamiento de la acción de amparo también es funcional a la pérdida de independencia del poder judicial. Recordemos que la ley de desamparo fue profundizada a través de una acordada dictada por los ministros del Superior Tribunal de Justicia, quienes directamente se dedicaron a destruir esta garantÃa constitucional, poniendo aún más empeño que los propios legisladores rozistas en la tarea de demolición del amparo.
También es funcional a la degradación el actual sistema de selección, nombramiento y des-titución de jueces y de magistrados. Se deben realizar profundas trasformaciones en la composición y en el funcionamiento del Consejo de la Magistratura, en cuyo seno los partidos polÃticos deben dejar de cristalizar sus componendas como si fuera un órgano que forma parte del botÃn polÃtico que es el Estado.
Además, se deben superar los concursos y los juri amañados porque si continúan seguirán produciéndose los nombramientos irregulares y los enjuiciamientos para someter o disciplinar a jueces trabajadores y honestos.
La caja negra que supone las oscuras designaciones de conjueces del Superior Tribunal de Justicia es un tema que debe ser regulado de acuerdo con la Constitución, de manera que tal espacio deje de ser amigable para intereses extraños a la justicia.
Estas grandes irregularidades deben ser resueltas inmediatamente. De este modo comenza-rá el saneamiento del futuro poder judicial. Hasta tanto se demore realizar estos cambios, el poder judicial chaqueño seguirá siendo un barco a la deriva, cuya dirección estará a merced de los intereses y de las decisiones ajenos al servicio de justicia.
Rolando Núñez - Centro de Estudios Nelson Mandela
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Comentarios
Conocemos aquella formalidad de que una sociedad justa que investigue y sancione actos corruptos necesita ir de la mano de una Justicia INDEPENDIENTE.
Ahora bien, la que habitamos es una sociedad perversa en la que el cimiento de la corrupción institucional propicia que se sigan elevando los niveles de violencia. Entonces tenemos una sociedad injusta que no es otra cosa que la mas fértil de las tierras para la violencia.
Y aquà estamos. Frente a una Justicia que demora y asà deja de ser justa; frente al halo de dudas que envuelve a quienes deben administrar la Justicia, degradando asà los valores justos y generando violencia.
Ciertamente estamos presenciando la deriva de la Justicia pero será bueno que abandonemos el espectáculo desde la orilla y veamos el modo de no continuar con esa observación que nos transforma en cómplices desde el mÃnimo lugar que nos toque.
Menudo ejemplo de perseverancia para cambiar nos dá Rolando Núñez
Me despido, como siempre disfrutando de esos paseos angaucianos, con un par de Galeanadas
* "¿No nacieron para caminar juntos, bien pegaditos, el sentido común y la justicia?"
* "Segun Lewis Carroll, la Reina explicó a Alicia como funciona la justicia en el PaÃs de las Maravillas:
-Ahà lo tienes- dijo la Reina - Está encerrado en la cárcel, cumpliendo con su condena; pero el juicio no empezará hasta el próximo miércoles. Y por supuesto, el crimen será cometido al final"
Con elecciones a dedo por parte del poder polÃtico, y en la incapacidad de mirar su propio ombligo, el sistema judicial ha invertido su rol fundamental y sus funcionarios se dedican construir poder en connivencia con los gobiernos de turno, para ocultar pactos, negociados y promesas.
Para tapar lealtades, silenciar corrupciones y entregar a la sociedad una historia oficial que conforme y calle toda exigencia de justicia.
San AgustÃn se preguntaba, más s o menos textualmente, : ¿Qué otra cosa, son los reinos (gobiernos) si carecen de justicia, sino bandas de salteadores?
Porque las bandas de salteadores no son otra cosa que reinos, (gobiernos), en las que un grupo de individuos, a las órdenes de un caudillo, se junta, y por acuerdo previo se reparte n el botÃn.
¿Quo vadis, justica chaqueña?
Pero lo peor es que hay que estar muy re-fumado para animarse a hacerlo. No se puede chocar de frente con la realidad a 180 por hora y salir sanito cuando no te pusiste el casco.
Y menos cuando sabés que el Autor te va a contestar y a revolcar.
Excelente AN Fuera de Joda.
Toc, Toc !!!
Hay alguien ahà ?
Nadie ?
Igual lo sigo aplaudiendo al Autor.
ADMINISTRADOR: Es que lo tuyo era muy pretencioso, Monchito, pediste que aparecieran otros abogados para ¡hablar de justicia!¿Qué andás fumando?
Me limito a aplaudir tanta lucidez y honestidad intelectual.
El Dr. Rolando Núñez ha colocado (como puede, predicando en un aparente desierto) a la AbogacÃa en el lugar en que debe estar.
Es un verdadero placer haber leÃdo esta nota. Ojalá que tenga efecto multiplicador entre los colegas del Dr. Núñez, para que vea que su prédica no fue hecha en un desierto.
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