La tuberculosis continúa reinando, como una endemia fuera de control, en el triángulo de la muerte, cuyos vértices son las localidades chaqueñas de Espinillo, Villa Río Bermejito y Miraflores, en cuyo territorio se enclava -como ciudad de referencia- J.J. Castelli.
A comienzos del año 2007 moría Brígido Petiso, cuando tenía 9 años de edad. Vivió en el Paraje Paso Sosa, ubicado dentro de la propiedad comunitaria indígena de las 140.000 hectáreas del Interfluvio, de propiedad de la asociación indígena Megexosochi. Este niño indígena fue tratado por leishmaniasis; fue un grueso error de diagnostico del sistema sanitario. Finalmente, Brígido falleció de meningitis tuberculosa. Cuando reseñamos su muerte, concluíamos que la tuberculosis estaba fuera de control en la región.
Esta grave afirmación no fue rebatida ni cuestionada por las autoridades del sistema sanitario de entonces; es que silenciosamente admitieron que un solo caso de fallecimiento por meningitis tuberculosa es la cabal demostración de que esta endemia esta fuera de control. Los casos extremos que reseñaremos en este documento ratifican que esta endemia no esta controlada desde el punto de vista social y sanitario, dato alarmante que no reconoce precedentes actuales en la República Argentina.
Sin catastro de tuberculosis
Cuando falleció Brígido Petiso destacábamos que el programa de lucha contra la tuberculosis había colapsado; en la práctica, había sido vaciado a lo largo de muchos años. La dirección médica local, ejercida por un mismo profesional durante más de veinte años, fue la síntesis del fracaso.
También señalábamos que este programa era vertical, o sea que contaba con la intervención de los sistemas sanitarios de la nación y de la provincia del Chaco, en distintas etapas y tramos; en cualquier caso, existían y existen responsabilidades compartidas por las dos jurisdicciones. Y como las políticas y los programas públicos se miden y se pesan por los resultados, la pésima actualidad sanitaria de El Impenetrable chaqueño pone en evidencia las gruesas grietas y fallas de los sistemas sanitarios.
Tuberculosis en el Paraje El Canal
El Paraje El Canal está ubicado a dos kilómetros del acceso al casco urbano de Villa Río Bermejito. Son evidentes y notables las fallas del sistema sanitario en el lugar, a pesar de que a fines del año pasado se inauguraba un puesto sanitario.
Cuando el Ministerio de Salud fuera administrado por el doctor Alberto Holzer, se dispuso la construcción del puesto como estrategia superadora de las viejas y profundas diferencias existentes entre la medicina occidental y la que practican los pueblos originarios. El propósito fundamental de construir y de poner en funcionamiento este centro de salud obedecía a la idea concreta de la convergencia y simultaneidad de la asistencia sanitaria intercultural para los pacien-tes de la región, para lo cual también se contemplaba la construcción de dos viviendas que serían habitadas por un médico y el pio´oxonaq.
Sin embargo el puesto no funciona; permanece cerrado, salvo algunas horas de atención un día por semana. En el curso de los últimos días se asignó un agente sanitario cuando correspondía designar un médico permanente porque se trata de un puesto sanitario “A”, que por tener ese nivel exige el requisito de la atención continua y estable de un profesional médi-co.
Con signos y síntomas de desnutrición, mal nutrición y anemia, la población del Paraje El Canal acarrea enfermedades de todo tipo. En niños hemos encontrado patologías en piel que refieren desatención continua. Hallamos niños con diarrea y adultos con problemas pulmonares.
Un caso concreto es el de Macedonio Jerson Pérez, que nació el 3 de Mayo de 1987, por lo que cuenta con 21 años de edad, quién actualmente está enfermo de tuberculosis y presenta desnutrición asociada a tal patología. Con su familia, refiere haber contraído la enfermedad cuando tenía 14 años. Su padre, Primo Pérez, es el pio´oxonaq del Paraje, hijo de Rosalía Estrada, la antigua médica natural toba ya fallecida, quién siempre atendió en su sagrario, que no fue otro que su humilde morada.
Tuberculosis en J.J. Castelli
Sergio Aurelio es un joven toba de 23 años de edad. Vive en J.J. Castelli. Hace dos meses le diagnosticaron que contrajo tuberculosis. Está desnutrido. Sin embargo, se muestra comunicativo al momento de la entrevista, que se realizó en la sala de internación de tisiología del fatídico hospital Guemes.
El funcionamiento de esta sala no responde a ninguna de las reglas mínimas de bioseguridad, de manera que conviven en el lugar enfermos con distintas patologías. También estaba internado don Juan Sosa, del Paraje El Colchón, ubicado a doce kilómetros de Villa Río Bermejito. Lo habían internado después de que estuvo en observaciones en el puesto sanitario de dicha localidad. Ingresó en mal estado general, como consecuencia de la vieja tuberculosis que acarrea, junto con su mujer Elida, que se encuentra bastante repuesta.
Sergio Aurelio refirió que tiene esperanza de curarse. Que respeta el tratamiento. No se le suministra una dieta especial, a pesar de la agresividad de las pastillas que debe tomar y de que está desnutrido. No obstante ello, se muestra esperanzado y anhela volver a su casa.
Tuberculosis en Espinillo
El caso de Elena Suárez es el más agudo e impactante. La encontramos internada en la sala de tisiología del hospital Guemes. Tiene 44 años y cinco hijos. Es tuberculosa desde hace mucho tiempo. Presenta desnutrición cadavérica, asociada, de Grado III. Al tratamiento, no responde positivamente. A la ingesta de las pastillas diarias, casi invariablemente le siguen los vómitos.
Ha sido internada varias veces. En el curso de septiembre fue derivada al Hospital Perrando, de la ciudad de Resistencia, por el cuadro agudo que atravesaba y en función de que dicho hospital es de referencia regional. A pesar de la extrema situación sanitaria que atraviesa, con máxima desnutrición, fue restituida al fatídico hospital Guemes, en una decisión que pone al descubierto las fallas e inhumanidad del sistema sanitario chaqueño.
Recordemos que el hospital de Castelli, a donde Elena Suárez fue devuelta, no cuenta con nutricionistas; por lo tanto, no existe el servicio específico para atender un paciente que presenta tal grado de insuficiencia de masa corporal.
Algunas reacciones
El recorrido se llevó adelante con el acompañamiento de tres corresponsales, para Argentina y America Latina, de la agencia de noticias alemana Deutsche Presse- Agentur (DPA).
Pudimos ver reacciones y gestos elocuentes de los periodistas ante la adversidad de encontrar a seres humanos en las condiciones señaladas en este documento.
Uno de ellos, imperceptiblemente se quebró, aunque trató de disimularlo. La figura de Elena era la síntesis concreta de una penosa y larga tragedia de pobreza y hambre.
Rolando Núñez - Centro de Estudios Nelson Mandela
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Comentarios
Pero lo que decís en este informe es parcialmente cierto. Y no es la primera vez que lo hacés...
Hablás solo de una parte del Impenetrable, además de tocar "casos puntuales " y - como al pasar- generalizás el "dramatismo",co nfundiendo a quienes no conocen el panorama completo de toda la zona.
Esto escribiste:
" Y como las políticas y los programas públicos se miden y se pesan por los resultados, la pésima actualidad sanitaria de El Impenetrable chaqueño pone en evidencia las gruesas grietas y fallas de los sistemas sanitarios"
Esto dicen los indios del Impenetrable profundo, que excede largamente a Bermejito y zona de influencia:
http://www.diarionorte.com/noticia.php?numero=39144
P/D : No digo que la situación sea de maravillas, pero, pegate una (1) vuelta por aquella lejana zona
y después contá públicamente lo que pasa.
Respecto a los corresponsales extranjeros, y sí, se supone que no vienen a comprar -precisamente-b uenas noticias.
Cocinar a VOTOS POSITIVOS al Comentario de Waldo.
EXCELENTE !!!
En nuestra provincia el avance de la "civilización" de los blancos apenas pasa el siglo, este avance arrollador, genocida, altanero y usurpador llevó a que las etnias originarias aprendieran que todo lo que viene de esas gentes no es bueno para ellos, volviéndose desconfiados, reacios a recibir ayuda y autistas a todo lo que tenga que ver con los "nuevos".
Aún está fresca la memoria de masacres como la de Napalpí, o del exterminio gradual y sistemático a que fueron sometidos, hasta el día de hoy son vistos como parásitos, como vagos inservibles para tarea alguna, menos valiosos que un chivo y ni compararlo con un caballo.
Una visita no basta para lograr su confianza, es necesario demostrarles con los hechos y la actitudes de que uno es distinto, sólo así abrirán su corazón y contarán su verdad, su dolor, su padecimiento.
Poco les sirve que los visiten en los hospitales o en sus taperas para tomar muestras de cómo sobreviven, poco les sirve que les saquen fotos de su miseria para "mostrarlas" al mundo o para echar culpas a la inacción de los gobiernos, están cansados de los "safaris" en 4x4 y aire acondicionado, cansados de cámaras de tv y notebooks que sólo justifican viajes pseudo científico - sociológicos, nada de eso los saca de su desdicha.
Para entender la cuestión aborigen (mal término el que utilizo pero válido a los fines de que me entiendan), repito, para entender la cuestión aborigen, no alcanza con llegar a un lugar, presentarse, tomar notas, sacar fotos y decir adiós.
Es necesario primero conocer el pensamiento del criollo, cómo los ven, cómo les caen, cómo "hay que tratarlos" o "para qué sirven". Analizar la conducta de la sociedad "blanca" en general, no sólo la del gobierno de turno, es el primer paso.
Cumplida la primer etapa, llega el turno a la más difícil, conocer el pensamiento aborigen, lo que sólo se puede lograr poniéndose en el lugar de ellos, ganándose su confianza, aceptándolos tal como son, compartiendo su sufrimiento, aprendiendo a escuchar y aceptando su cultura quizás milenaria, quizás primitiva pero mucho más humana y sobre todo sintonizada al extremo con la naturaleza y su preservación.
No solucionaremos nada si tratamos de convertirlos en criollos de quinta categoría, no solucionaremos nada tomándoles una foto y levantándola a la web, no solucionaremos nada haciendo visitas que no tienen intrínseco el bien de la comunidad, no solucionaremos nada acusando al gobierno de no asistir a los pueblos originarios puesto que es la sociedad la que está enferma de discriminación y los gobernantes son miembros de esa sociedad.
Es fácil escribir, dirán, pero es así, no buscamos soluciones, tampoco las hay instantáneas, es necesario cambiar la mentalidad de toda una sociedad, el "blanco" debe abrir su mente, dejarlos ser, permitir a los pueblos originarios manifestarse, con el tiempo se irán integrando, no deben acriollarse, deben seguir siendo ellos mismos.
¿Cómo empezamos? pues con algo sencillo, enseñando en nuestras escuelas la historia y tradiciones de nuestros pueblos originarios, enseñando en nuestras escuelas los distintos idiomas nativos.
Imitemos a Jorge Pascual que en su Himno del Chaco inició la letra refiriéndose al "indio" e incorporemos en el escudo y la bandera provincial su homenaje.
El día que estemos orgullosos de nuestra raíz continental se terminarán las diferencias y las fotos de la miseria serán sólo un mal recuerdo.
No tengo nada contra don Rolando pero, si él y su comitiva no compartieron un día completo con una familia originaria, ya sea pescando, bebiendo agua del mismo jarro, compartiendo un cigarrillo, sentándose al lado de un chico para ver cómo practica tallando un palito, observando cómo las mujeres recolectan y trabajan la yica para confeccionar sus bolsos y sobre todo, si no se sentaron en larga tertulia con el cacique y los mayores para aprender su historia, no veo la finalidad de su trabajo.
Juicio y Castigo a los Responsables.
Nunca más !!!
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