El Gobierno del Pueblo del Padrón de Habitantes del Territorio de la Provincia del Chaco anunció el fin de semana que prepara la instrumentación de una pensión vitalicia para los "convocados" de la Guerra de Malvinas, es decir aquellos soldados que no combatieron contra las fuerzas inglesas ni fueron trasladados a la Patagonia durante el conflicto bélico (los llamados "movilizados", que ya tienen su propia pensión).
Es seguro que la decisión provocará la calentura de las asociaciones de ex combatientes (los soldados que sí estuvieron en las islas en 1982), que ya habían cuestionado el beneficio para los movilizados, alegando que el reconocimiento del Estado debía ser sólo para quienes pusieron en peligro sus vidas.
Los "convocados" eran personas que ya habían hecho el servicio militar (obligatorio por aquellos tiempos) pero que fueron citadas por la dictadura cuando se desencadenó la guerra con Gran Bretaña. Esos soldados formaron parte de una especie de "banco de suplentes" al que nunca se hechó mano, ya que la guerra duró poco (entre el 2 de abril y el 14 de junio, fecha de la rendición argentina). Por eso, los convocados se quedaron en los cuarteles de su jurisdicción. AN logró entrevistarse con algunos de ellos y logró lacerantes testimonios que justifican plenamente el pago de las pensiones anunciadas.
"Nunca olvidaré ese sonido"
Ignacio Yalaquiett nos recibe en su casa. Se lo nota muy tenso, y ni siquiera se ríe con las pequeñas bromas que hacemos para tratar de relajar la charla. Él mismo inicia el relato casi sin que se lo pidamos. "Yo, al salir de la colimba, retomé Ciencias Económicas, y en mayo me llegó la convocatoria. Me quería morir. Me presenté un lunes y quedé bajo el mando del sargento Villalba. Todos los días me mandaban a pagar la luz, el agua, los teléfonos, el impuesto inmobiliario, cuotas de préstamos, etcétera, de todos los oficiales y suboficiales de la unidad. Nunca olvidaré ese sonido de la maquinita de la Caja Municipal y del Banco del Chaco marcando las boletas mientras las pagaba. Era horrible. Por eso hoy directamente no pago ningún impuesto", dice con la mirada perdida.
En Villa Barberán encontramos a Lucio Kernell. Llevaba dos años de haber dejado la conscripción militar cuando lo llamaron. "Hay olores que, por aquella experiencia, no soporto", dice. No es para menos. Todo su pabellón era alimentado con un guiso aguachento de sabor indefinible, que él apenas podía tragar. "Al lado, los oficiales se preparaban milanesas. Siempre me acuerdo del ruidito ése del aceite hirviendo quemando el pan de la carne rebozada, y el olor a milanesita recién hecha, que teníamos que mirar de lejos. Encima el cabo Larguía nos miraba y se reía. Se reía, el hijo de puta..."
"Ellos tenían toda la tecnología"
"Era imposible ganarles, ellos tenían toda la tecnología", repite varias veces Jorge Marcelo Canteros Viale, refiriéndose a la experiencia del '82. "Jugábamos a las escondidas en el cuartel, y los cabos nos ganaban porque tenían walkie-talkies para avisarse dónde estábamos nosotros", indica. Luego se levanta la remera y muestra una herida que le cruza el costado. "Me caí sobre una chapa queriendo hacer piedra libre para mis compañeros", explica. Después, sombrío, deja de hablar y se toma lentamente un vaso de aluminio cargado de vino tinto. "Siempre está así, él nunca pudo superar eso", nos dice su esposa al despedirnos en la puerta.
Claudio Morgán nos recibe con cierto recelo. Dice temer por el perfil de la nota. "Los ex combatientes siempre nos critican, nos quieren cagar la pensión", se queja. "Subestiman lo que fue aquello; yo perdí dos amigos", cuenta, con la voz flameando. Luego sigue: "Me convocaron, fui, nos volvieron a dar biaba con el tema de la instrucción dos semanas. Raneando, corriendo, carpiendo, y todo eso. En mi primer franco vuelvo a casa y la encuentro a mi mujer empomando con dos amigos de mi promoción de la Comercio. A ella la eché y a ellos nunca más les hablé".
Otros beneficios
AN pudo saber que el gobierno provincial también estudia otras pensiones vinculadas con la Guerra de Malvinas, además de las ya resueltas para "movilizados" y "convocados":
Casi Citados de Malvinas: Ex conscriptos a los que las autoridades militares del '82 llegaron a pensar citar en algún momento. Incluye a soldados de las clases 1930 a 1960. Pensión vitalicia equivalente a un salario mínimo, vital y móvil.
Desmundializados de Malvinas: Ciudadanos que cuando aparecían en la tele los comunicados de las Fuerzas Armadas sobre la marcha de la guerra (en los que se informaba cuántos aviones Sea Harrier eran bajados y cuán alta era la moral en las tropas nacionales) veían interrumpidos momentáneamente las transmisiones de los partidos del Mundial de España. Pensión equivalente a un salario mínimo y decodificador para bajar Espn gratis a su TV.
Televisados de Malvinas: Como ya anticipara AN tiempo atrás (ver enlace abajo), también habrá una pensión para quienes hayan visto completo el programa que por ATC condujeron -durante 24 horas- Cacho Fontana y Pinky para reunir fondos y donaciones que ayudaran a sostener la lucha contra Inglaterra.
Escarapelados de Malvinas: Quienes hayan concurrido a alguna de las convocatorias públicas efectuadas para expresar apoyo al país durante la guerra y hayan portado al menos una (1) escarapela, recibirán una pensión graciable equivalente a medio salario mínimo.Bueno, ta bien, un salario entero, ya que piden.
Ampliaremos.
Artículo relacionado:
.
.
Comentarios
Ji.Ji.Ji.eramos tan pobresss.
Administrador: hacé algo con esto por favor!!...hacet e una parodia escrita solo como usted sabe hacerlo.
GENIOS
ABRAZO
A: ¡Jaaaaaaaa! Genial, Ale, ¡gracias!
- Hijos de Malvina: a todos los hijos de Malvina Pastorino y Malvina Reynolds.
- Hijos de Malviviendo: todos los que nos entraron en los otros casos.
Viva la Patria!!
Suscripción de noticias RSS para comentarios de esta entrada.