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La política a veces recurre a las maniobras más bajas que uno se pueda imaginar. Es lo que le sucedió al ex subsecretario de Desinformación Pública durante los dos mandatos de Angel Rozas, el empanadólogo Carlos Antoine de Saint Exupéry Carossini. Alguien hackeó su diario íntimo y difundió un escrito del ex funcionario en el que éste realiza una durísima y plausible autocrítica. Incompleta, eso sí, pero que vale reconocer como un primer paso en el sentido correcto.

Caro Sini, un dirigente que supo tener en la provincia un poder importante en el manejo de la política incomunicacional entre 1995 y 2003, se encuentra hoy en una situación de muchísimo menos peso político, que incluye la tarea de tener que escribir gacetillas para figuras del sauriorrozismo sobreviviente.

Con el corazón en la mano

Algunos medios reprodujeron el texto que se atribuye a Carlitos. Lo compartimos:

"En unos días nomás lo vamos a tener contando las boletas de la soledad. Una soledad deseada, elegida. Bien ganada, a fuerza de traiciones, abandonos e ingratitudes. Construida desde la pequeñez.

Nunca dio la cara. Ahora, mientras deambula entre pueblos y gentes, le toca ver cómo los demás se la dan vuelta.

Nadie sabía lo que pensaba y jamás daba explicaciones. Era el enigma detrás de la mano fláccida y la mirada esquiva. Ahora nadie le dice lo que realmente piensa o siente. Sus semillas de silencios y distancias tuvieron fruto. Eso anda cosechando.

Jamás se lo vio al frente de las ideas, los compromisos ni el trabajo. Ahora que necesita dirigir, no encuentra las palabras justas para las consignas ni conoce las sendas que hay que caminar para que las voluntades se vayan sumando.

No pudo, no quiso, no supo construir. Por el contrario, fue un especialista en desvalorizar, desactivar y desmantelar lo que otros hicieron. Hizo un dogma del vacío, de la humillación, del ninguneo; una impronta que solo engendró acólitos al tono, hoy dispersos o cooptados por el mismo enemigo con el que tanto le gustaba coquetear.

(...)

Nunca ganó nada, aunque le sobró astucia y sangre fría para esperar mientras otros ganaran para él.

(...)

En unos días nomás, seguramente, lo veremos haciendo historia. Mientras, la realidad va transformando su insufrible media sonrisa en un rictus".

Acortamos un poco el texto, porque, como todos los de Carossini, éste también es bien plomizo, pero insistimos: hay que valorar su sentido autocrítico.

En ésta, Carlos, te re-bancamos. Incluso creemos que si bien faltan algunas cuestiones (tu responsabilidad en la derrota de Rozas en el 2007, con aquella campaña increíble y desopilante de "Con la fuerza..." que lo terminó de hundir al Angel), también hay que reconocer que en otros puntos sos muy duro con vos, y eso no te va a hacer bien.

O sea, no tenés por qué martirizarte tanto por la mano fláccida, la mirada esquiva o la sonrisa rara. Cada uno es como es, y punto.

Un abrazo.

Y.P.

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