A veces ocurren cosas que llevan a toda una sociedad a preguntarse si Dios realmente existe. Es lo que ocurrió con los chaqueños cuando en distintos medios vieron una toma fotográfica de la reunión de Angel Rozas con intendentes y diputados radicales, en la que se observa que los dirigentes, para comer, sólo tenían una canastita cargada con grisines, acompañada de una humilde jarra con agua. "Cuando vi el catering de la reunión te juro que di vuelta la cara para que no me vieran llorar", dijo a AN un exgobernador que participó del encuentro pero prefirió mantener su nombre en reserva.
La dramática imagen dio la vuelta al mundo y generó inmediatas reacciones, así como muestras de solidaridad. "Pese a todo, tengo fe. No digo que de una vamos a volver a los bocaditos de Levraux, pero estimo que con un plan sustentable podemos llegar en 2012 a reemplazar los grisines por unas galletitas Melba y en 2013 ya tener unos sanguchitos de miga de supermercados Zorzón, para en 2014, con superávit fiscal primario, llegar a algunas cazuelas de El Barrilito", dijo el exmandatario, demostrando mantener intacta su capacidad de planear a corto, mediano y largo plazo.
Sin embargo, el asunto resquebrajó de manera notoria la imagen de Rozas ante sus otrora dóciles arcángeles del movimiento Convalecencia Social.
Golpes de efecto
AN tuvo acceso exclusivo a la reunión, en la que la presencia de su cronista no fue advertida. Eso permitió ver la airada intervención del diputado Carim Peche, quien tras una larga introducción sobre la historia de CS, señaló con el dedo la canasta de grisines expresando que representaba "una dolorosa decadencia que este centenario partido no se merece y que a la vez tiene responsables". Rozas, indignado, se puso de pie, tomó uno de los palitos, lo partió frente a la concurrencia y gritó "¡que se rompa pero que no se doble, carajo!", tras lo cual chicaneó al legislador saenzpeñense diciendo "aunque algunos, seguramente, preferirían el pan olímpico, que se dobla y sigue su carrera política como si nada".
El ánimo se iba caldeando, y la intendente de Resistencia, Máxima Ayala, intentó calmar el debate bajándole el tono a la situación. "Creo que la grisinización de Convalecencia nos duele a todos, pero a lo mejor nos sirve para reaccionar y efectuar los cambios que nos viene pidiendo la sociedad. Además me quedaron algunas naranjas del 9 de octubre", dijo, tras lo cual hizo una seña a Luis Verdún para que éste sacara de debajo de la mesa cuatro bolsas con cítricos.
Lo que parecía un camino hacia la distensión fue en realidad un agravamiento del malestar. Varios dirigentes se lanzaron desesperados sobre las frutas, y el intendente Gerardo Cipolini hizo caer una lluvia de trompadas sobre el rostro del exdiputado Víctor Zimmerman, acusándolo de haberse quedado con tres naranjas en lugar de tomar una sola. "Y vos qué, si la otra vez, en la reunión de Barranqueras, te morfaste casi todos los anisados", imputó Zimmerman, a quien Alicia Azula ayudaba, con un pañuelo, a contener la hemorragia nasal.
Emotiva apelación
"¡Por Dios, en qué nos hemos convertido!", bramó entonces Rozas, quien intentó mejorar el clima con un acto de generosidad. "Yo agarré trece naranjas, ofrezco una a cualquiera de ustedes, desinteresadamente, sólo como un gesto de un radical hacia otro hermano radical", dijo, desparramando frente a sí su cosecha. Un silencio profundo se instaló, hasta que Zimmerman se levantó para tomar la fruta ofrecida, generando una nueva trifulca con Cipolini y otros intendentes que tomaron partido.
La pelea fue aquietándose por su propia dinámica, al cabo de unos quince minutos de caos y sillas voladoras. Sin embargo, faltaba aún lo peor. "Muchachos, los grisines salieron siete pesos. ¿Cómo hacemos?", preguntó Rozas. "Propongo que dividamos la suma por la cantidad de asistentes y cada uno ponga el proporcional", planteó de inmediato.
"Somos 25, o sea que cada uno debería poner 28 centavos. Por redondeo serían 30 centavos por cabeza. Yo pongo los tuyos, Angel", dijo Rino Fabris, calculadora en mano. Rozas agradeció con un gesto parco.
Parecía arribarse a un epílogo en paz, pero no fue así. Desde el fondo, una mujer se puso de pie y pidió la palabra. "¿Y por qué tenemos que poner los pilinchos que vivimos de nuestro laburo lo mismo que los que tienen cargos públicos, o contratos en el Congreso y en la Legislatura, y que son los que cagaron al partido?", indagó.
Gritos a favor y en contra de esa posición llenaron la sala, y la confusión fue aprovechada por Cipolini para volver a atacar el rostro de Zimmerman, mientras Fabris se ponía de pie y cubría con su cuerpo a Rozas, a modo de escudo humano, para permitir que el caudillo se retirara sin riesgos.
"De cierto os digo que si tuvierais la fe de un grano de mostaza, diríais a este monte 'desplázate de aquí hacia allá', y se desplazaría, y nada os sería imposible", dijo el exgobernador mientras atravesaba el tumulto rumbo a la puerta de salida. Y de paso le pidió a Zimmerman que le devolviera la naranja.
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Comentarios
No lo veo en la foto
NO SE QUIEREN IR Y NADIE LOS VA A VOTAR en su vida. Y vuelven, y se pelean, y salen en los medios, y vuelven ..... Pero vayanse y no vuelvan más, dejen el lugar a los jóvenes.
"...Ansí empezaron mis males
Lo mesmo que los de tantos;
Si gustan... en otros cantos
Les diré lo que he sufrido:
Despues que uno está... perdido
No lo salvan ni los santos..." J. Hernandez.
Mal negociado con la panadería. Rozas le hubiera firmado un pagaré, a levantar en cuanto gane alguna elección, y en vez de grisines y agua, medias lunas de manteca y café con leche. De la buena.
O podría haber pagado con Quebrachos, el dólar chaqueño.
Hubiera sacado las facturas a crédito, con un cheque a fecha de Calino.
O a lo mejor le fiaban si presentaba su recibo de sueldo de asesor y una boleta de servicio.
Se hubiera desligado del tema mandándolo a Malcovicho a que le traiga vigilantes. Así comían todos por igual. Pregunten en Vilelas sino. Todavía se acuerdan.
Sanpanta podría traer unas bolas de fraile. Que le cuesta.
¿Y Don Miguel? ¿Ya se olvidaron de él? ¡Papá, las tortitas que hubiera traído!
En la foto se ven las caretas de siempre, y con hambre. ¡Como van a morfar si agarran otra vez la teta!
A: Espectacular.
Besitos
naranjas, da para un lagrimon!
Pa' mí que es un mito y no existe, como Papá Noel.
A: Hay que ser fuertes y seguir.
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