Los controles de alcoholemia en calles y rutas obtuvieron loables resultados en cuanto a la reducción de los accidentes de tránsito fatales en las zonas alcanzadas por esas verificaciones. Pero ahora las autoridades resolvieron suspenderlos provisoriamente, al descubrirse que la utilización de alcoholÃmetros con pipetas generan adicción al peteo en el 78,6% de los hombres y mujeres que son sometidos al test.
"Es una patologÃa nueva, que no tenÃamos idea que podÃa plantearse, porque estos controles son algo relativamente novedoso en nuestro medio", dijo el médico Lucio Belén Cossio, integrante de la asociación Padres en la VÃa, una escisión de la agrupación Padres en la Ruta, que se formó con personas que perdieron su empleo en los últimos dos años. También hay un tercer grupo, Padres en la Plaza España, fundado por progenitores que cayeron en el travestismo.
Cossio explicó que un primer indicio sobre los efectos colaterales de los controles fueron los extraños episodios acaecidos en algunos operativos viales. "HabÃa señoras que comenzaban a soplar la pipeta, y después se ponÃan a lamerla y a succionarla de tal modo que podÃamos separarlas de los alcoholÃmetros solamente arrojándoles baldazos de agua frÃa", contó.
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Todo mal
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El profesional dijo que también hubo situaciones similares protagonizadas por hombres, y recordó muy especialmente el angustioso momento vivido con un abogado del foro local, que tras 25 minutos con la pipeta en la boca, se negó a que le fuera retirada y forcejeó con policÃas e inspectores de tránsito, en medio de desgarradores gritos del sujeto. "No te preocupes, volveré, te juro que volveré, nada va a poder con esto que nació entre los dos", vociferaba el conductor cuando el aparato ya estuvo en poder de un agente.
Se hizo entonces un seguimiento sobre una muestra de 300 automovilistas controlados, que dio resultados atemorizantes, ya que se comprobó que el 78,6% de los encuestados admitió haber caÃdo en una tendencia compulsiva al peteo, sin que antes hubiera mostrado mayor interés en el sexo oral ni en el escrito. "Hay gente que, por ejemplo, llegó a la oficina después de pasar por un control, y al toque empezó a petear al ordenanza", mencionó Cossio.
El médico admitió haber sido también testigo presencial de escenas que movilizaron sus sentimientos. "No me puedo olvidar de una señora que cuando le dijimos que ya estaba bien, que podÃa sacar la pipeta de la boca, me miró muy fijo a los ojos, con los suyos húmedos, y me dijo: '¿Para qué me hacen conocer al ser más maravilloso del mundo si en un instante me separan de él?'".
Ahora, el Consejo de Seguridad Vial encomendó la búsqueda de un dispositivo que elimine riesgos. "Estuvimos viendo un primer prototipo que nos ofreció una empresa del rubro, pero aunque tiene un grado de precisión incluso superior al de los alcoholÃmetros que venÃamos usando, decidimos que era mejor desestimarlo. Funcionaba al estilo del popular Enemol, y la verdad es que preferimos que la ciudad se llene de borrachos antes que terminar convirtiéndola en Sodoma y Gomorra", comentó Cossio.
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Ampliaremos.
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Comentarios
http://www.youtube.com/watch?v=2-oMw3W5BZo
Hasta analicé todas las ventajas que tiene: no hay contacto de la boca, si apuntás bien va de lleno al vasito...Podés repetir sin quedarte sin aliento y están los que se entusiasmasn haciendo concursos....
Pero me parece que pierdo ante la opción del Enemol. Son muchos mas los que se van a viciar...sobret odo los simpatizantes de RiBer.....
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