Angau Noticias

"Ahora sí les puedo confirmar la noticia: la presidenta me convocó  para ser su jefe de Gabinete". Jorge Hilton Capitanich dio la noticia a su equipo de colaboradores y se preparó para ver a los funcionarios saltar de las sillas y correr hacia él, jubilosos, para felicitarlo y abrazarlo. No fue así. Tras unos diez segundos de silencios, bocas abiertas y ojos de pavor, ministros y secretarios comenzaron a llorar arañándose los rostros, cortándose los brazos con abrecartas y golpeando furiosamente sus propias cabezas contra una columna del despacho gubernamental.

La dantesca escena fue descripta a Angaú Noticias por un testigo privilegiado de ese momento en que los hombres del señor gobernador de todos los chaqueños se enteraron de que a partir de este miércoles tendrán como jefe al señor vicegobernador de todos los chaqueños, Juaneff Carloff Bacileff Ivanoff, el mismo que en estos casi seis años de gestión encontró un placer enfermizo en el acto de humillar a los miembros del gabinete.

De hecho, Ivanoff ganó fama nacional al aprovechar algunos viajes de JHC para utilizar su condición de gobernador interino a fin de despedir funcionarios de "Coqui". El caso más resonsante fue el de Francisco Teté Coustarot Romero, ministro de Educación al que Ivanoff echó en uno de sus interinatos y que luego Capitanich prometió restaurar. El final de la historia es conocido: Coustarot Romero jamás volvió al ministerio, y actualmente -gracias a gestiones de Capitanich, que nunca deja en banda a su gente- hace de bicho bolita en el canal Paka Paka.

 

Serán evacuados

 

"Me siento como si estuviera en un jardín de infantes y el nuevo director fuera el padre Grassi", dijo esta mañana un ministro que prefirió mantener en reserva su nombre para no perder todas las chances de seguir manejando la política económica provincial.

Por lo que este medio pudo averiguar, ante la situación planteada, la Comisión de Acción Política del Partido Justicialista decidió conformar un Comando de Emergencia Supervivencional que tendrá a su cargo la evacuación de ministros, secretarios, subsecretarios y autoridades de empresas públicas y organismos descentralizados. "Serán llevados a otras provincias, y de ser necesario serán provistos de una nueva identidad para que puedan empezar otra vida", comentó una fuente que pidió reserva al menos hasta poder retirar sus pertenencias de la Secretaría General de la Gobernación.

Si bien la crisis nerviosa colectiva del gabinete en el despacho de Capitanich tuvo una pausa hacia las once de la noche del lunes, tres horas después de la noticia brindada por el gobernador, el cuadro está lejos de estar marcado por la paz. "Hay una tensa calma, pero por ahí más de uno se quiebra, porque en el fondo todos sabemos que vamos a morir", dijo, sedado hasta los límites de la conciencia, un hombre muy ligado a la obra pública con envase retornable.

 

Provocaciones y versiones

 

Al espeso clima que se respira en estos momentos en Casa de Gobierno se suman versiones de todo tipo. A primera hora, por ejemplo, había circulado el rumor de que Ivanoff había ingresado al despacho del ministro Raúl Codutti con siete esclavos negros que sodomizaron y descuartizaron al titular de Planeamiento. Luego se supo que nada de eso había ocurrido. Pero sí se confirmó que el vice encaró a Codutti y que con un cuchillo de cocina le cortó el ridículo flequillo que llevaba desde diciembre de 2007.

Así, la tranquilidad sigue siendo la gran ausente en los pasillos y oficinas de los nueve pisos de la sede del Ejecutivo, donde además no faltan las provocaciones. El ministro Marcos Verbeek le dijo a algunos colaboradores que a media mañana, y sin mediar palabra, ingresaron a su despacho tres empleados de la empresa de pompas fúnebres De Bonis que le tomaron las medidas y se retiraron. El titular de Producción, Enrique Orban, recibió el aviso de que no será tomado como empleado por el call center Allus, un trabajo que en realidad él nunca había solicitado. Alguien había hecho el trámite por él.

Tampoco contribuyó a aquietar las aguas la actitud de propio Ivanoff, que hoy, al llegar a Casa de Gobierno, hizo formar a todo el equipo gubernamental en la playa de estacionamiento, donde los funcionarios tuvieron que cantar la Marcha de San Lorenzo, izar la bandera, hacer 45 minutos de actividad física (flexiones de brazos, abdominales, vueltas carnero y un final bizarro con todos bailando con torpe delicadeza el Bolero de Ravel) y luego llevar al vice hasta su despacho en un carruaje de reminiscencias orientales que ellos mismos debían cargar a pulso.

Algo que también cayó mal es el poco respeto del vice por los hombres que deja Coqui, sin importar en qué lugar los encuentre. Este cronista fue testigo de su cruce en la zona de ascensores con el ministro de Salud, Antonio Morante, al que Ivanoff apretó la entrepierna con la consigna "¡cinco marcas de cigarrillos!" Fue penoso ver cómo Morante se retorcía de dolor, las piernas semiquebradas, las manos aferradas a una ventana abierta, mientras a duras penas musitaba "Jockey... Phirros Mollis... Marlboro..."

Un secretario describió la situación también con dramatismo: "Esto es como una pesadilla que todos queremos que se termine. Todavía no caemos. Con Coqui todo era previsible. Sabíamos que si éramos unos inútiles, igual íbamos a seguir en la función, y que si éramos extremadamente inútiles, teníamos la posiblidad de pasar a un cargo más importante. Ahora, con Ivanoff, todo es locura, irracionalidad, barbarie, pura demencia rodando barranca abajo". Doloroso.

 

 

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