Veinte años no es nada, dictamina el tango. Veinticinco no son mucho más, confirma el Chaco. Un cuarto de siglo después de la restauración de la constitucionalidad en el país, la democracia local desnuda precariedades menos extremas que las de aquellos primeros pasos del Estado de Derecho, pero resultados lacerantes.
Esta vez, ya no existe –salvo fantasmas agitados de tanto en tanto para resolver algún debate por el lado del miedo- el temor a una sublevación militar, idea que habitó el pensamiento colectivo de los argentinos por muchos años, con picos en el juicio a las Juntas Militares y en las rebeliones carapintadas. Hoy, la vulnerabilidad del sistema –y en nuestra provincia con rasgos más acentuados- pasa por el egoísmo, la intolerancia y la ambición de una clase dirigente que ha igualado a la política con el boxeo. Todo se reduce a pegar cuando se puede; y cuando no se puede, la consigna es trabar, empantanar la iniciativa ajena en el cuerpo a cuerpo.
Penosamente, un repaso por los diarios de dos décadas atrás sorprende con el hallazgo de los mismos debates, las mismas excusas y las mismas distracciones, frente a dramas sociales que, a su vez, ya no son los mismos: hoy son mucho más agudos, gracias al trabajo de acumulación hecho por los administradores del Estado en estos 25 años. La pobreza de hoy es una pobreza mucho más dura que la de los ’80, y se torna estructural. Los chicos que treinta años atrás iban a la escuela alimentados con muchos hidratos de carbono y pocas proteínas para disimular la poca plata en casa, se convirtieron en padres de chicos que van a la escuela con los estómagos vacíos. Van, justamente, por la comida que les sirven en los colegios. En ellos, el Estado “invierte” raciones alimentarias algo más de un peso por niño y por día, cuando se trata de un almuerzo, o de bastante menos si es un “refrigerio”.
Ascenso social por decreto
Capitanich dijo en el balance de su primer año como gobernador que en ese breve período logró que nada menos que 200.000 habitantes de la provincia dejen de ser pobres. El dato, que merecería un aplauso de pie si fuera real, tiene, claro, una letra chica tramposa, no inventada por Capitanich, ni por alguno de sus antecesores, sino en realidad por una de las alas de esa “institucionalidad” perversa que retroalimenta y justifica permanentemente todas sus distorsiones.
Según puede verse en la página web del Indec, el Estado argentino considera que un adulto, en noviembre, fue pobre si ganó menos de 316,69 pesos. Es decir, un hombre o una mujer hubieran escapado de la pobreza con haber ganado 317 pesos en el mes. Eso equivale a un gasto individual diario de 10,50 pesos. Con ese monto, nuestro ex pobre, según los datos oficiales, logra cubrir los costos de su alimentación, y la proporcionalidad correspondiente a salud, vestimenta, transporte, y servicios como los de agua, luz y gas.
Al hablar de alimentación, además, la cifra refiere a una ingesta que en teoría cubre el consumo calórico mínimo que debe tener un adulto para ser considerado correcta y suficientemente alimentado. Porque quienes no pueden acceder a la demanda básica de calorías de sus organismos no son los pobres, sino los indigentes. De acuerdo al Indec, también para el mes pasado, una persona con un ingreso de más de 143,59 pesos ya se podía considerar fuera de una situación de indigencia.
Si volvemos a la calculadora, nos encontramos con que para la formalidad estatal, con 4,78 pesos diarios cualquier ser humano puede asegurarse una alimentación suficiente. Resumiendo: quien logre al menos un billete de 5 pesos cada día, podrá estar básicamente alimentado, y no será considerado indigente; quien posea un billete de 10 más una moneda de 50 centavos, habrá dejado de ser pobre. Ni a Disney se le hubiera ocurrido.
Una curiosidad más del organismo público encargado de las estadísticas: la inflación se apiadó de las líneas de la desgracia. Ni la de pobreza ni la de indigencia variaron sustancialmente con respecto a noviembre de 2007, cuando la primera había sido de 142,83 pesos y la segunda de 307,09. Es plausible que los precios, cuando se encuentran con uno de los castigados por el sistema, se congelen a sí mismos.
Así las cosas, no debe sorprender que en el Chaco, con la prodigiosa matemática oficial argentina, haya 200.000 pobres menos. Es posible que el ascenso social se haya dado en algunas franjas de asalariados, sobre todo los del Estado, pero no expresan al pobre chaqueño arquetípico, para el que, no obstante, la vida y la gestión peronista reservaron el formidable aliciente de los 30 pesos entregados este mes a los beneficiarios de planes sociales. Pago por única vez, aclaremos, no sea cosa que esta gente se habitúe a la opulencia.
En las estadísticas gubernamentales, además, para el caso de los asalariados, se contabilizan las remuneraciones declaradas por los empleadores, no las que efectivamente cobran los trabajadores. Para la “institucionalidad”, no importa que esté cada vez más extendida la práctica de dar en mano a obreros y empleados la mitad o una tercera parte del monto consignado en los recibos de sueldos.
No existe tampoco en esos papeles el chantaje cotidiano del “si no te gusta te vas”, porque en teoría la desocupación no es la de antes. En el Chaco, por caso, no figuran como desempleados las decenas de miles de jefes de familia que cobran del Estado nacional un subsidio creado, casualmente, para ayudar a gente sin trabajo.
Hasta la muerte se ha duplicado. En los años de la Alianza, era vox populi que se bajaban periódicas órdenes para tergiversar algunos tipos de decesos. Así, fallecimientos originados en el abandono y el hambre, aterrizaban en las planillas convertidos en patologías menos incómodas para el poder. La mortalidad infantil, en aquellos tiempos, también se bajó gracias no a una fuerte acción sanitaria y social, sino con una estrategia mucho más veloz: se cambió la metodología de cálculo del índice. Los pibes se morían igual, pero el numerito al final de las muertes se tornó menos escandaloso.
La guerra obscena
Mientras a los desangelados les toca vivir la vida real, autoridades, diputados y magistrados disfrutan del mundo virtual que sostienen con esmero. Una burbuja blindada en la que jamás hubo corrupción en la función pública, si se considera que no ha habido un solo ocupante de cargos públicos condenado en el Chaco por delitos contra el Estado. La excepción fue el manosanta radial de las mañanas resistencianas, sobre el que cayó una sentencia de ejecución condicional, pero sólo a raíz de una torpeza de la que luego otros tomaron nota para no tener problemas.
Lo inquietante de este escenario de dos dimensiones no es tanto la miseria extendida a tantos miles de hogares, como la falta de reacción de quienes deberían combatirla con políticas de desarrollo humano consistentes y un ataque sólido a la brutal desigualdad provincial (en 2001, el diez por ciento más rico de la población ganaba 27 veces más que el diez por ciento más pobre, un brecha 43 por ciento superior a la de 1995). No hay otra capital en la que se vean tantos contenedores de basura explorados por viejos, adultos y niños a toda hora, como se ven en Resistencia. No hay otra con una proporción tan alta en su parque automotor de camionetas 4x4, el fetiche dilecto de la corruptocracia chaqueña.
Esa falta de respuestas no puede sorprender. ¿Por qué debería reaccionar un Estado que, según sus propios datos, está haciendo las cosas cada vez mejor?¿Por qué habría que convertir a la lucha contra la pobreza y el hambre en prioridad absoluta, si cada vez hay menos pobreza y menos hambruna?¿Por qué debería purgarse la justicia, si el historial de sentencias de los últimos años indica que aquí jamás hubo latas con manos adentro?
Ese perverso juego no es gratuito. La historia mundial lo demuestra, y la de nuestro país no desentona. Como tampoco pasa de largo en el inconsciente colectivo la guerra obscena desatada en la impresentable Legislatura del Chaco, convertida en verdadero monumento al asco democrático. Sin ideas, sin debates que se salgan del chicaneo berreta y pueril, sin compromiso alguno con la realidad de una provincia vaciada. Lo que tres o cuatro quijotes intentan en ella, no logra salvar un resultado general decadente y ofensivo.
La decisión de adquirir 16 manzanas inundables para un nuevo edificio que huele mal desde los cimientos, y la nada ecológica contratación de la ONG Ecoambiental, son apenas las cerezas que adornan la torta del Parlamento más pobre que haya conocido el Chaco. Pobre no en términos presupuestarios, claro. Los 140 millones de gastos previstos para el año que viene marcan un pico histórico y una suba de casi el 50 por ciento con respecto a 2008. A pesar de esa magnífica partida, y de tener 1.200 agentes de los cuales un alto porcentaje son profesionales, fue necesario contratar a Ecoambiental. Entre otras cosas, para colgar 68 cuadros y armar la “Galería de los Escudos”, actividad atribuida a la ONG misionera en agosto como parte de la justificación de esa contratación. Menos mal que el Chaco no tiene 200 comunas, y que poner clavitos en una pared no demanda otras consultorías externas.
Pero de nuestra Cámara siempre cabe esperar más, y lo ocurrido el viernes pasado ya debe ubicarse en el terreno de lo impúdico. La decisión del rozismo talibán de hacer fracasar la sesión para seguir acercando más recursos a los municipios y a la propia Legislatura, anticipa un 2009 en el que será difícil –como en aquellos juegos de las revistas- encontrar diferencias entre la campaña electoral y un camión atmosférico.
La Alianza, que construyó su propio ridículo el año pasado al llegar a la derrota tras largos meses de furor triunfalista, no ha dejado desde septiembre de 2007 de sabotear la gestión peronista, votando todo aquello de lo que abjuró en sus doce años inolvidables, inacabablemente herida por el desfloramiento electoral. El justicialismo, por su parte, le contestó con una altura similar, concretando en este 2008 una siesta digna del libro Guinness y sacando a la cancha un bloque de diputados al que no le quedó una sola tortuga en el jardín.
Aun retocados, los índices de mortalidad infantil del Chaco expresan, en valores absolutos, que para cuando el miércoles 31 funcionarios, legisladores, jueces, empresarios de envase retornable y periodistas fellatiólogos levanten sus copas, habrán muerto este año entre 330 y 340 niños de menos de doce meses de vida. Unos 4.000 en la última década.
Y ahora sí, a abrir las sidras.
Sergio Schneider
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Volvé, Torresagasti
Alberto Silvestre Torresagasti se murió homenajeado por el peronismo, que rindió así tributo a uno de sus caudillos históricos. Pero para el electorado independiente, el dirigente de Tirol cerró su vida biológica y política con la etiqueta de haber sido el hombre que duplicó en cinco años –entre 1988 y 1993, clientelismo bipartidario mediante- el presupuesto de la Cámara de Diputados, elevándolo en ese período de 16 millones de pesos a 32 millones. El rozismo, a cargo de la administración legislativa desde 1996, tuvo este año un gasto presupuestado de 94 millones, y quiere elevarlo a 140 millones en 2009. Es parte de la pelea que hizo fracasar la sesión de anteayer. Con eso, habrá más que cuadriplucado el gasto dejado por Torresagasti.
Pero además, la Alianza en estos años creó –con apoyo justicialista- un sistema de retiros voluntarios legislativos que operó como una ley jubilatoria de privilegio encubierta, y que se suponía debía servir para reducir el gasto en personal activo. En realidad, poco a poco la población de la Cámara fue recuperando habitantes, y en la negociación en marcha ya se habla nuevamente de creación de cargos. De más está decir que en esa olla no sólo quieren meter cuchara los diputados oficialistas.
Con el incremento previsto para el ejercicio que viene, el Poder Legislativo será el estamento del Estado que más aumentará sus erogaciones, un 47 por ciento, bien por encima de las variaciones del Ejecutivo (35%) y el Poder Judicial (39%).
Aun así, la gestión de Alicia Mastandrea necesita recurrir a la ONG Ecoambiental para hacer colgar cuadros, organizar homenajes a Perón e Yrigoyen, o celebrar el Día del Arquitecto. Todas acciones de tan extrema complejidad que justifican por completo el pago de 90.000 pesos mensuales a los filántropos conducidos por el profesor misionero Carlos Rivera.
S.S.
Comentarios
25 años de democracia dejaron superpoderes, negocios privados mezclados con los públicos, nuevos ricos, más pobres, un Parlamento que se convirtió en una Escribanía a nivel nacional, una Legislatura provincial poblada de indolentes que privilegian el interés sectorial y personal por sobre la necesidad de los que menos tienen. Una Presidenta que no se habla con el Vicepresidente y una oposición oportunista que se alía con el diablo si fuera posible, con tal de llegar a figurar, siempre con el verso que defienden a los necesitados.
Si todos los que pasaron por el poder hubieran hecho bien los deberes, no habría un universo de de planes sociales que alcanza a 1.274.842 personas, con planes de $150. La canasta familiar está más allá de los $3000 pesos y todos lo sabemos con sólo ir y mirar los precios ..los sueldos bajísimos salvo sectores del Estado que están bien y quieren mas.. O sea que HAY GENTE QUE MUERE de hambre y nadie se hace cargo , 8 NIÑOS MUEREN POR DIA en nuestro país....dato arrojado por Red Solidaria.
El INDEC miente, la Presidenta se convirtió en vendedora ambulante de fantasías marketineras,en pro de los empresarios, cada día larga un anuncio que no tiene sentido..como si con lo que se gana se puede comprar lo que ofrecen, el país es un gran bazar persa y esto lo hicieron entre todos, cada uno que pasó puso su granito de arena para complicarnos la vida..no se salvan ni peronistas ni radicales...SON TODOS DE UN BANDO Y DEL OTRO..IMPRESENTABLES.
Desde el Chaco, hemos hecho los ciudadanos lo que pudimos,dando alternancia para que aprendan la lección pero no hay caso...qué buscan? que la gente haga justicia por manos propia?
Sinceramente..estamos mal y no vamos bien...y no es culpa de un Partido, sino de una mentalidad instalada con muy poca visión y demasiada codicia que los detentadores circunstanciale s de poder sirve para servirse de la torta.
En estos 25 años muchos han hecho grandes negocios..los líderes sociales que tuvieron la oportunidad con la tremenda movilización que logran de sacar a la gente de la miseria , fallaron..pero ellos están muy bien y la gente cada día peor.
Podría seguir..pero para qué? Lo que le pido al Gobernador es que no anuncie que dió tantos puestos de trabajos, que con lo que le pagan a los empleados no comen 15 dias del mes..por favor!! Y a la oposición..mejo r cierren la boca y trabajen,que el día que revisen las jubilaciones de privilegio que dieron para poner en blanco a los ñoquis que nunca trabajaron..se descubrirá que "retiraron" a gente con 30, 35 años de edad que algunos son profesionales y otros están en cargos políticos ...una verdadera verguenza. Eso fue otro Operativo Madrugada II ..pero ambos partidos fueron socios para el descalabro.
Y AL TRIBUNAL DE CUENTAS , LA PREGUNTA DEL MILLON:
qué cuentas controlan que se les escapó un ejército de tortugas?
Un deseo, que en esta Navidad, hagamos un análisis de conciencia todos, sin excepción...que en el barco estamos todos, y no hay salvavidas para nadie si nos hundimos.
Felicito la elección del Guernica de Picasso para abrir los ojos del relato, no olvidemos que el bombardeo de Guernica se ha convertido en un símbolo de los horrores de la guerra para todo el mundo. Y lo que han venido haciendo con esta sociedad los "dirigentes" a sido, ni mas ni menos, someternos a las consecuencias de una guerra silenciosa.
Es verdad tb que hay mucha haraganeria pero no me parece que sea la mayoria y los empresarios tb se tienen que hacer cargo de la forma en que negrean
Lo malo es que esos cambios son lentos y que las necesidades son muy urgentes pero no hay otro camino que seguir andando esta democracia buscando que se corrijan sus errores o mejor dicho los errores de los que conducen esa democracia.
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