A raíz de la retirada de los granaderos que custodiaban las ruinas históricas de Yapeyú nuestros amados gobernantes
presos acuciados de la mas santa indignación “por la ofensa grave” hecha al Gral. San Martin (así dice el spot radial); se hizo el 25 de febrero un multitudinario acto oficial al cual se ha convocado voluntariamente a los abanderados de cuanta escuela, organismo provincial, cancha de bochas o fan club de Cris Morena existiera, con la finalidad de desagraviar al prócer.
Misma “multitud” que engrosa dos categorías, a saber:
1) Se enteraron hace dos semanas que San Martín nació el 25 de Febrero
2) JAMAS asistieron al acto (en el que ahora aparecieron como fanáticos)
Siguiendo con el padre de la patria, que sigue tan muerto como de costumbre, el pobre hombre fue recordado con una catarata de mala publicidad encubierta referida a las maravillas de la actual administración, la (nuevamente) santa indignación por la ofensa etc. etc.
Las claves para entender esta santa indignación es nada menos que la poca cintura política del gobernador Colombi, que invitara al vicepresidente Cobos “Nopositivo” al acto. Cristina se enojó y no le dejó usar el avión presidencial; por lo que el gobernador-carpincho (ver afiches de campaña cuando era radical K) le mando unos pesos para que venga en colectivo o su avión.
Cristina reaccionó quitando al cuerpo de granaderos de la localidad de Yapeyú, un pequeño destacamento de alrededor 25 soldados cuya principal función es estarse parados con cara inexpresiva al lado de las venerables ruinas.
Esto ocasionó una tormenta en la localidad. Al irse los granaderos el pueblo espontáneamente acompañó a los mismos durante un largo trecho afrontando la fatiga y el tiempo inclemente, más o menos 100 metros de la salida del pueblo, y su intendente derramó abundantes lágrimas por cuanto medio le fue posible. .
Al fin y al cabo tanto para el gobernador como para el intendente es año eleccionario con todo lo que eso significa.
La buena y la mala fe
El enojo de muchos de los habitantes de Yapeyú es legítimo. De lo que no hay dudas es que también fue fogoneado para servir a los intereses de algunos que buscan juntar votos a como sea, menos trabajando por supuesto.
La gente común muchas veces no alcanza a vislumbrar las intencionalidades y cree de buena fe que la realidad es algo lineal y plano cuando la realidad es más retorcida y con niveles que difícilmente se pueden entender si no hay gimnasia o ganas.
En la imagen vemos el resultado: los pueblerinos enojados disfrazaron a dos niños para que remedaran a los granaderos ausentes, desfilando desmañadamente como sólo los niños en actos escolares saben hacerlo, delante de los obesos funcionarios provinciales que aplauden porque es año eleccionario y están presos repletos de santa indignación.
Los párvulos desfilaron después de un grupo aun mas desmadejado de “Cazadores Correntinos” un revivido cuerpo policial del año de la escarapela que fue incluido por petición de Juan Carlos Raffo, también preso acuciado de la más santa indignación, la de él más santa porque es más de derecha.
Los “Cazadores Correntinos”, cabe acotar, poseen su propia avenida y están disfrazados con una especie de casaca verde y sombrero de copa, lo que hace un efecto visual más feo que los elegantes granaderos, pero son más económicos y están a mano para contener tanta santa indignación radical.
San Martin tal como anticipáramos en exclusiva, sigue muerto en la catedral de Buenos Aires, pese a ser masón y estar enterrado de punta por un lado, y su corazón por el otro; donde está ese feo florero que hecha fuego a la entrada del Glorioso Gallinero.
Lamentablemente sus ideales están más muertos que él, especialmente en los gobernantes correntinos ágiles para buscar conveniencias para los pocos (ellos) en detrimento de la mayoría. Pero para ello deberían propender a las cosas sustanciales y no a la mera explosión chauvinista y oportunista para un mal acto político disfrazado.
Encubrir la vacuidad de un gobierno de mala muerte cuya máxima glorificación es una costanera, es poca cosa.
Sería mas patriótico y real que hubiesen gobernado estos cuatro años procurando que Corrientes creciera y no sea la provincia más miserable de nuestra patria, como se constata fácilmente.
Edwin y Silvina, desde Cucamonga (Corrientes)
Comentarios
Waldo: muy gracioso lo suyo :D
Personalmente opino que sacar los granaderos para llevarlos a un lugar donde ni siquiera iba a estar la presidenta (porque la función de los granaderos también es cuidar al primer mandatario) me parece de una mente excesivamente pequeña, es de tan poca inteligencia... es comparable como cuando una vedetonga le roba la bombacha a otra.
También pienso que sin la retirada de los granaderos no hubieramos hecho el análisis de que la presencia de Cobos era oportunismo político.
Por lo demás no conozco al gobierno de corrientes...
En otras palabras, yapeyuceños, mándense mudar de una provincia que va a quedar desamparada mientras sigan los K en el poder y, como van las cosas, se me hace que en Mendoza es en el único lugar donde los van a recibir...
Muestra de ello lo que expresó Susana Giménez.
Invito a visitar el siguiente blog:
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