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«Pobres criaturas», la nueva película de Yorgos Lanthimos que se estrena este jueves en Argentina, pone en pantalla en modo de «fábula» una historia de liberación en la piel de una mujer que supera mil obstáculos, entre ellos su propia muerte, y que cuenta con un elenco encabezado por Emma Stone, Mark Ruffalo y Willem Dafoe.
«Para mí, la película es muy rica y toca muchas cosas. La veo como una película de liberación. Es una película sobre el despertar y sobre cuestionar cosas que tomamos como convenciones. Y es allí donde ocurre la liberación y se encuentra con su propia naturaleza y se la acepta. No se trata de una película polémica, sino de una fábula que presenta temas y la gente los deriva hacia el significado que cada uno le quiera dar», sostuvo Dafoe ante una consulta de Télam en una entrevista con medios internacionales.
«Es interesante -agregó Ruffalo a esta agencia, en la misma rueda de prensa- que ninguno de los personajes se mantenga igual a través de este viaje. Ella (el personaje de Stone) se presenta de una manera y todos quieren cambiarla de alguna forma, pero también todos están atascados en cuanto a las convenciones que ya no funcionan más en comparación a alguien que se muestra realmente viva. Eso es lo que tomo de esta película».
Ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia y como Mejor Comedia o Musical en los Globo de Oro, premios a los que fueron nominados como actores de reparto Dafoe y Ruffalo, la nueva entrega del aclamado director griego pone a la galardonada Emma Stone en el papel de Bella Baxter, una mujer que vive con un retraso madurativo tras una cirugía en la que, luego de muerta, le injertan el cerebro de un bebé.
«He visto las películas de Yorgos, me parecen increíbles y sorprendentes. Yo tenía miedo de no poder estar a la altura de lo que él quería… los diálogos, el cambio físico, el baile… nunca antes lo había hecho y no quería ser el único del elenco que estuviera mal (risas). Así que primero pensé en rechazarlo, pero cuando se lo dije, él rio y me dijo: ‘Vos sos Duncan’. Me sentí muy agradecido y me sorprendió la fuerza de él para verme», confió Ruffalo.
El actor nominado tres veces a los premios de la Academia de Estados Unidos interpreta al abogado Duncan Wedderburn, un dandy que se enamora y se lleva de viaje a Bella. Encantado por su inocencia y su lujuria (las escenas de sexo son un tanto excesivas en el filme), Wedderburn comienza a perder la cordura, mientras su amante reconoce y se reconoce en el mundo.
«El truco es hacer crecer a un personaje que tiene emociones tan extremas y en algún punto es algo delicado, honesto y profundo. Tiene una conexión con la verdad. Mi desafío era mantener al barco cerca de esa costa dentro de lo posible», dijo Ruffalo.
Para el papel, Lanthimos no le pidió nada en especial. Le mostró videos de la bailarina alemana Pina Bausch, por ejemplo, y comentó que si bien no le decía nada, él iba captando lo que le estaba pidiendo para construir el personaje, por fuera de lo que estaba en el guion. Así, entendió que la historia debía contarla de manera física y con comedia y no tanto con los diálogos.
«Con la comedia se puede trabajar. Hay un dinámica poco típica en cada personaje. Los personajes están envueltos o ‘desenvueltos’ por Bella. Ellos deben cambiar por ella o por la relación que mantienen con ella. Vemos también que le quieren cambiar las normas y tienen un final terrible. Es un viaje raro, gracioso, con un mensaje profundo si le prestás atención», señaló Ruffalo.
Dafoe interpreta al cirujano que opera a Bella y que, luego de ello, la adopta como su propia hija. God, así le dicen, fue un experimento de su propio padre, quien lo mutiló y deformó en pos de la ciencia. God mismo se autodefine como «un hombre de ciencia», aunque no puede dejar de lado el amor paternal que siente por Bella.
«Yo no encontré a mi personaje tan extremo -dijo Dafoe-, aunque sí hace cosas extremas. Es muy racionalista y objetivo. En cuanto al decorado de la Época Victoriana, cuando entrabas en la casa, todo era fantástico. Cada detalle de lo construido era fantástico, incluso la comida. Todo te transportaba a un tiempo específico, eso hacía que no hubiera nada impostado y realmente era una ayuda para poder actuar y estar en ese mundo».
La estética del filme también es llamativa. Si bien los planos angulares continúan siendo la marca registrada de Lanthimos («Langosta», 2015; «El sacrificio del ciervo sagrado», 2017; «La favorita», 2018), pareciera como si los colores saturados y la exageración casi de caricatura al estilo Tim Burton hubieran invadido la pantalla, creando un universo entre llamativo y empalagoso.
Para ese clima también aporta el vestuario y maquillaje de Dafoe, quien aparece completamente deformado delante de cámara.
«La parte del maquillaje es bastante sencilla. Te sentás en una silla durante un montón de tiempo mientras mirás en el espejo cómo vas desapareciendo. Como no podés dormir, no queda otra que meditar. Lo mismo cuando te visten: el vestuario te transforma. Y las prótesis corporales cambian todo, hasta la forma de caminar, eso abre la puerta para pretender lo que va a pasar. Eso te hace salir de vos y traer cosas que no son tuyas. Eso me encanta porque dispara la imaginación; te llevan a otro mundo y es lo que necesitás cuando creás un personaje», apuntó el actor.
La película se posiciona políticamente y es quizá allí donde radica su falla. No porque no pueda o deba hacerlo, sino por cómo recae en situaciones y explicaciones que ya están sobreentendidas. Además, utiliza varios lugares comunes y hasta echa mano de los estereotipos del progresismo para allí anclar su narrativa y su justificación de ser. Si bien la crítica a la sociedad actual se encuentra en las películas anteriores de Lanthimos, es en «Pobres criaturas» en la que adolece un tanto de los giros sorpresivos que son su signo distintivo.
Sin embargo, tanto Dafoe como Ruffalo no le quitan el tinte político a la historia y la sitúan en un plano onírico del «comming of age» que apunta a derrumbar las paredes que separan a las minorías de la sociedad.
«Tengo dos hijas -comentó Ruffalo- y cuando las criás lo ves todo de manera diferente. Veo las condiciones para ellas en el mundo, el color de su ropa o qué se ponen. Eso es horrible para las mujeres, y eso que tienen 10 años. Es política la película, pero es algo más profundo también sobre la sociedad. Bella quiere una nueva vida y los hombres esperan imponer sus condiciones. Hoy uno se debe preguntar qué lugar quiere ocupar en el mundo».
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Fuente Telam