Ya se habló varias veces en este portal sobre la necesidad, a veces, de simular, impostar o truchar algo para lograr el objetivo por el cual el ser humano nace y crece: levantar minas (y tipos, pa' ampliar la definición de Alejandro Dolina).
Gente que se declaró erudita en poesÃa francesa sin haber leÃdo más versos que las adivinanzas de la última página del Anteojito; choques insalvables entre el estado civil real y el declarado; tipos que dijeron haberse emocionado con las mismas pelÃculas que ellas (aunque no las hayan visto en la faquin laif); minas que se presentan como vÃctimas de todas sus ex relaciones aunque llevaron al suicidio a los pobres infelices que las padecieron; y asà hasta el infinito.
Tonce, la consigna es contar qué truchadas cometiste vos para lograr el amor, el cariño o la lástima mimosa de alguien. Opcion 2: contar qué engaños te comiste vos mismo cuando te tocó ser el objeto de deseo.
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Comentarios
como 4 meses para que el Dr se percatara de mis verdaderas intenciones...
A: Es más, cuando ibas directamente sin el perro, pensaba que tenÃas Alzheimer.
A: Humille, maestro.
A: Los gatos son bichos en los que reencarnan todos los cornetas, de ahà esa permanente actitud conspirativa contra quienes quieren empomar a sus dueñas. Pero es tema para un foro aparte.
A: >D
A: No nos irás a negar que también aparecÃa de tanto en tanto el baboso que les pedÃa por la fantasÃa universal en materia de mellizas.
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