Por internet anda circulando un correo con imágenes supuestamente escaneadas de una "GuÃa de la Buena Esposa" que habrÃa sido publicada en 1953.
Real o no, todo lo que allà se lee sin dudas representa el pensamiento y los principios de aquella época, un mundo maravilloso en el que las mujeres se esmeraban por agradar a sus esposos y no se ponÃan a mirar Cosmopolitan, canal según el cual si el marido pide que le busquen las medias marrones significa que está destruyendo a su media mandarina como persona y faltándole el respeto a su individualidad.
Pero también debemos decir que de la lectura de aquellas consignas surge automáticamente la reflexión acerca de cómo hemos sido nosotros mismos, los hombres, derrochadores de condiciones históricas que podrÃan haber sido perpetuadas si no hubiéramos caÃdo en la tentación de ser excesivamente forros. Y también llegan a la mente, de inmediato, los contrastes con la actitud mujeril actual.
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Los hechos
Pero vayamos directamente a las conmovedoras sugerencias de la lejana GuÃa de la Buena Esposa.Consejo 1: "Planea con tiempo una deliciosa cena para su llegada. Esta es una forma de dejarle saber que has estado pensando en él y que te preocupan sus necesidades. La mayorÃa de los hombres están hambrientos cuando llegan a su casa".
Cómo cagamos esto: Los maridos de mediados del siglo pasado fueron jodiendo todo con terribles errores estratégicos expresados en frases como "yo le hubiera puesto un poco más de mostaza al bife", "¿qué pasa que el guiso no tiene tanto juguito para pasar el pan?" o la fatÃdica "este arrocito no es como el que me hacÃa mamá".
Resultado: La mina te llama cuando estás saliendo del laburo y te dice; "No te olvides de pasar por el San José y traer una grande de provolone. Ah, no, dos, porque los chicos todavÃa no comieron".
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Consejo 2: "¡Luce hermosa! Descansa 5 minutos antes de su llegada para que te encuentre fresca y reluciente. Retoca tu maquillaje, ponte un listón en el cabello y luce lo mejor posible para él. Recuerda que ha tenido un dÃa duro y sólo ha tratado con compañeros de trabajo".
Cómo la cagamos: El tipo llegaba y quedaba paralizado al verla: "¿Qué hacés pintada como una putaaa???" Y sÃ, sólo habÃa tratado con compañeros de trabajo. Concretamente, se habÃa empomado a la recepcionista, a la encargada de la cocina, a la supervisora y a la jefa.
Resultado: Lo que nos recibe es algo que está detrás de una máscara de crema repugnante y debajo de una masa de cabello pringoso atado por todos lados con broches y pequeños lazos.
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Consejo 3: "Sé dulce e interesante. Su aburrido dÃa de trabajo quizá necesite mejorar. Una de tus obligaciones es distraerlo".
Cómo la cagamos: Mientras ella trataba de ser dulce e interesante, hablando de lo que habÃa leÃdo en el Selecciones sobre la reproducción del salmón, nuestros compañeros de género seguÃan pensando en la partusa que se habÃa armado en la oficina con la delegación de contadoras misioneras que habÃa llegado por la mañana, y hacÃan esfuerzos por no morirse del aburrimiento escuchándola a ella.
Y cuando la jermu buscaba aportar más distracción haciendo malabarismos con seis naranjas que hacÃa rodar en el aire al mismo tiempo, decÃan: "Con naranjas, cualquiera, a ver si te sale con los platos que nos regaló tu vieja".
Resultado: Llegamos y ella y sus amigas están fumando tabaco negro en el living, mientras miran novelas brasileñas llenas de tipos en bolas y con músculos abdominales hasta en la frente.
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.Consejo 4: "Arregla tu casa. Debe lucir impecable. Haz una última ronda por las principales áreas de tu casa, justo antes de que tu marido llegue. Levanta libros de escuela, juguetes, etc. Y limpia con plumero las mesas".
Cómo la cagamos: El tipo entraba y recién en la habitacións se sacaba los zapatos mugrientos llenos de barro que habÃan cagado todo el encerado del living y el pasillo.
Después, desde el baño, antes de ducharse, gritaba: "¡Está rajado el mango de la sopapa!¡Claro, yo rompiéndome el culo y la guacha de joda todo el dÃa y encima rompiendo los electrodomésticos como si yo cagara guita!"
Resultado: Él se saca el calzado antes de entrar para no ensuciarlo con la mugre que hay adentro.
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Consejo 5: "Hazlo sentir en el paraÃso. Durante los meses más frÃos del año debes preparar la chimenea antes de su llegada. Tu marido sentirá que ha llegado a un paraÃso de descanso y orden. Esto te levantará el ánimo a ti también. Después de todo, cuidar de su comodidad te brindará una enorme satisfacción personal".
Cómo la cagamos: Él llegaba, veÃa el fueguito, y aprovechaba para hacer un asadito con los amigos del fútbol, que dejaban la casa hecha mierda, el inodoro meado por todos lados menos adentro y encima le manoseaban el culo a ella.
Resultado: Durante los meses más frÃos del año ella nos recibe durmiendo tapada con tres frazadas y una notita en la mesa que dice "creo que hay una hamburguesa en el freezer".
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.Consejo 6: Prepara a los niños. CepÃllales el cabello, lávales sus manos y cámbiales la ropa en caso de ser necesario. Ellos son sus pequeños tesoros y él los querrá ver relucientes".
Cómo la cagamos: Llegábamos, ella nos mostraba a los niños relucientes, descubrÃamos que nos habÃan estado usando las naipes para armar casitas y cada tesoro se iba llorando a dormir con un hermoso tongo en la cabeza.
Resultado: Llegamos y saludamos a los chicos sin abrir la puerta de su cuarto, para no tener que aspirar la fetidez que sale de la habitación.
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.Consejo 7: "Minimiza el ruido. A la hora de su llegada apaga la lavadora, la secadora y la aspiradora e intenta que los niños estén callados. Piensa en todo el ruido que él ha tenido que soportar durante su pesado dÃa de oficina".
Cómo la cagamos: El silencio de monasterio que ella lograba imponer a nuestra llegada era aprovechado para que el clásico concierto masculino de pedos resonara en toda la casa, para orgullo del autor, que disfrutaba de la olorosa acústica hogareña con carcajadas, ante la mirada de espanto de ella.
Resultado: Hoy no nos molesta tanto el ruido de la aspiradora, la lavadora y la secadora como el hecho de que las tenemos que manipular nosotros.
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.Consejo 8: "Procura verte feliz. Regálale una gran sonrisa y muestra sinceridad en tu deseo de complacerlo. Tu felicidad es su recompensa por su esfuerzo diario".
Cómo la cagamos: Al abrir la puerta, él veÃa el rostro sonriente de ella, que ponÃa su mejor actitud a pesar de las llagas en las manos, las contracturas en la espalda y la peste bubónica contraÃda en las lides de la limpieza. Entonces él decÃa: "Con esa cara cómo se nota que estás al pedo todo el dÃa y no tenés que laburar!"
Resultado: Llegamos cagados de hambre y de sueño, a las once de la noche, después de laburar catorce horas corridas, pero todavÃa hay que escuchar que ella siente que le jodemos su individualidad y no respetamos sus espacios cuando en lugar de permitir que sus ojotas estén sobre nuestros libros las ponemos adentro de un placard.
A eso de las dos y media de la madrugada ya termina el sermón y podemos comer las galletitas Desayuno con fetas de paleta sandwichera.
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Consejo 9: "Escúchalo. Puede que tengas una docena de cosas importantes que decirle, pero a su llegada no es el mejor momento para hablarlas. Déjalo hablar antes, recuerda que sus temas son más importantes que los tuyos".
Cómo la cagamos: Ella tenÃa que decirle que el nene dice que ve en todos lados cadáveres que le hablan, que la nena se chupa la rodilla las 24 horas del dÃa, que llegó una intimación para levantar en dos dÃas la hipoteca de la casa, que el carnicero intentó violarla sobre un colchón de molida y que le encontraron ocho manchas raras en el cerebro, pero él la corta para contarle cómo lo jodieron al gordo Gutiérrez en el laburo haciéndole creer que ganó la loterÃa, y ya engancha el asunto con anécdotas de la colimba porque ahà habÃa un cabo hijo de puta que también se apellidaba Gutiérrez "y tenés que ver lo que le hacÃamos jio jio jiooooo".
Resultado: No le podemos contar que nos rebajaron un 70% el sueldo, ni que los de la tarjeta de crédito nos van a embargar el auto, ni que la úlcera se nos volvió sangrante, porque ella nos sienta tres horas y cuarto para decirnos que le parece que el sábado anterior, cuando en el asado familiar le pedimos la mayonesa, la dejamos ante los demás con un papel de mujer-objeto que sólo puede dar eso en la vida, y que le parece mejor que nos vayamos de la casa dos o tres meses asà pensamos bien qué rol queremos para ella en nuestra vida.
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Consejo 10: "Ponte en sus zapatos. No te quejes si llega tarde, si va a divertirse sin ti o si no llega en toda la noche. Trata de entender su mundo de compromisos y su verdadera necesidad de estar relajado en casa".
Cómo la cagamos: Inventamos inverosÃmiles reuniones de trabajo que empezaban a las diez de la noche y terminaban a las ocho de la mañana, volvÃamos de supuestas jornadas de pesca con la poronga llena de escoriaciones y mordidas, retornábamos ojerosos y oliendo a perfume femenino de presuntos partidos de fútbol que duraban un dÃa y medio, y estábamos fuera de casa noches enteras para acompañar a un amigo al que siempre se le morÃa la misma madre.
Resultado: Hacemos todo sin que ella nos joda. Es más, nunca sabemos dónde está, ni entendemos por qué ninguno de nuestros hijos sacó siquieraun mÃnimo parecido con nuestro dedo gordo.
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Consejo 11: "Hazlo sentir a sus anchas. Deja que se siente en un sillón o se recueste en la habitación. Ten una bebida caliente para él. Arregla su almohada y ofrécele quitarle sus zapatos. Habla con voz suave y placentera"
A este último consejo lo dejamos sólo por dos motivos. Uno es el dibujo, y esa  cara del tipo que parece decir claramente "¡pero qué hermoso pedazo de pelotuda me conseguÃ!!".
Y lo otro es preguntar: con esta recomendación final de aquellos tiempos, ¿no les dan ganas de llorar por ese maravilloso mundo perdido en el infinito?
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Y tú, oh, amigo lector ¿qué opinas de los tiempos idos y los tiempos venidos?
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Comentarios
A: Y sÃ, pero con la ropa arrugada, vivo.
Como carajo nos perdimos ese maravilloso mundo!!!!
Y porqué no, ese vergonzante colega de género, serÃa uno de los responsables de perder el sueño de una esposa cuyas tres condiciones básicas eran: *Ser una princesa en público, *ser una austera en los gastos y *ser una prostituta en la cama. Cambiando a ser *Una princesa en los gastos, * una austera en la cama y *una prostituta en público.
Y vos querés sumar puntos para un empome como la gente con sólo 4 semanas de fingir ?
Te me caÃste del Olimpo.
Y encima, seguro que una vez que creÃas que tenÃas atrapado al Macho - Presa, le negabas el ronma, con excusas pedorras como:
"Hayyy, Nooo, hoy me hicieron una ColonoscopÃa y me dijeron que tengo hemorroides !!!" o "Hayyy, Nooo, hoy no hice popó bien !!!"
Deleznables excusas de tu parte. Pero no sos la única que las pone, por eso vamos a deschavarte a VOS y al resto de las que niegan El Marrón:
Cuando exigiste que en AN te reconozcamos tu vil excusa si aportabas al menos una fotocopia del "Protocolo Anestésico" ... te rajaste ...
Huiste, como buena cobarde, ante la Tropa Erecta con Penes Erectos. PretendÃas lubricación adicional ?
"Ven a nosotros que te satisfaremos" dice el Corán.
Saludos a Celestita que va a cambiar a Azul Oscuro o Morado cuando Papi la agarre y la haga shorarrr !!!
Monchi.
(Gastroenterólogo recién acreditado, pero bueno en lo susho).
A: Cuánta poesÃa, Monchi.
El hombre es hijo del rigor...
Como ex-esposa perfecta que fui durante las primeras 4 semanas, quiero dar testimonio de todos y cada uno de los resultados obtenidos al aplicar cada consejo. EmpÃricamente, podremos aportar algo al dilema:
1) Ten lista la cena: por cuestiones laborales, mi maridito llegaba al dulce hogar a eso de la 1 de la noche de lunes a jueves (los viernes y sábados llegaba ya sobre las 5 de la matina), pero no importaba que yo madrugaba para laburar, lo esperaba siempre con un plato diferente, la mesa puesta y hasta el pan caliente. Hasta que empezó a dejar la mitad del plato con excusas tipo: "a estas horas no tengo hambre", "me voy a hacer un sanguche, te lo guardo para vos en el micro?" o "nunca me gustaron los piñones"... Resultado: empecé a comprar comida congelada y a dejarle las indicaciones en una nota, tras semanas de andar como una zombi de dÃa por la falta de sueño nocturno.
2) Luce hermosa: igual que con las cenas primorosas, la menda aquà se ponÃa las pilas. Planchita en el pelo, crema en el cuerpo aroma a vainilla, babydoll... me faltaba ponerme una cinta para regalo. Hasta que la rutinaria frase "estoy muy cansado como para garchar ahora" llegó a nuestras vidas. Y además de quedarse sin cena se quedó sin postre. Ustedes me entienden...
Y asà con el resto de puntos: Una siendo dulce e interesante, y el tipo moviendo los cimientos de la casa a eructos. Una dejándolo todo impecable, y él sigue sin entender que la cadena del inodoro está para algo. Y si lo recibÃs con la estufa puesta porque afuera hay tormenta siberiana, acusa un "cuando venga el recibo de luz lo vas a pagar vos". Una recibiéndolo feliz, y él no hace otra cosa durante las 2 horas siguientes (y la mañana siguiente también) que cagarse en su jefe, desearle la muerte al compañero de trabajo, despotricar contra el cliente forro, etc, etc, etc.
Asà las cosas, cuando él desliza un "este sábado me voy con los muchachos a jugar a la Play", una pone el Cosmopolitan donde estén dando las temporadas 1 a 6 de Sex and the City y le responde: "daaaale andate y no te olvidés las llaves!!!"
Todo esto para plantear la necesidad de escribir un nuevo manual: El Manual del Buen Esposo". A ver si conseguimos recuperar la ilusión XD
A: En eso estamos. Juerza, que falta poquito.
!que bien que la pasaban los hombres como yo en la época en que las mujeres leÃan los buenos consejos y Selecciones.
Tan distintas están las cosas hoy en dÃa cuando las chicas leen las elucubraciones diabólicas de la subersiva Maricel Zampar.
¿No corresponderÃa elaborar consejos con la misma orientación para los matrimonios gays?
A: Todo un desafÃo.
http://www.angaunoticias.com.ar/variete/2047-guiabuenaesposa.html
A, todo bien, pero avisen que es una re-edición...
A: No, no y no.
A: Es asà nomás, Pere, quélevamocer.
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