Buena parte de la calidad de vida de uno depende no tanto de la ciudad en que vive, del trabajo que tiene ni del nivel de contaminación del aire, sino de la calidad de vecinos que hay alrededor.
De ahà que sea tan importante saber si tenés viviendo al lado a buenas personas o a gente de mierda.
¿Cómo te das cuenta de que tenés un vecino soretoso? Se cumplen los siguientes puntos:
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* La música: Es fanático de Los Pibes Chorros y otros grupos que en lugar de dedicarse al desagote de pozos negros decidieron grabar discos.
Desde las 8 de la mañana los hacen sonar a todo volumen (en equipos de audio de mierda, que como están al mango hacen que las canciones, además de ser porongosas, suenen distorsionadas).
Si reclamás, bajan medio decibel durante cinco minutos. Luego, todo vuelve a su estado anterior.
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* Los ruidos: La casa de esa gente parece estar endemoniada.
A la siesta y a la madrugada se oyen permanenemente ruidos de todo tipo: armarios que parecen ser arrastrados de un lugar a otro, clavos que nunca terminan de ser colocados y portazos tan continuados que llegás a pensar que la casa de al lado, a pesar de ser una Fonavi como la tuya, tiene 48 habitaciones.
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* La susceptibilidad: A pesar de lo anterior, vos, que sos un pelotudo que hasta se cuida de tirarse pedos fuertes para no molestar a los de al lado, ni bien hacés un sonido indebido -por ejemplo, porque se te cayó un escobillón-, recibÃs la inmediata queja mediante golpes feroces aplicados a la pared compartida con tu vecinito.
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* La susceptibilidad II: Algo parecido al punto precedente. Estás con tu jermu, matraqueando feliz, y la cama, claro, hace un suave ronroneo por el movimiento empomatorio.
Del otro lado, la impresentable esposa de tu vecino golpea la pared con un palo mientras grita "¡Dejen de cogeeeerrrr, carajo, que alguno tenemo que trabajáaaaaaa!".
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* La intromisión: Las construcciones Fonavi, que el Estado paga a las empresas constructoras como si fueran castillos medievales, hacen que la pared que separa y une a las casas vecinas tengan menos espesor que un pensamiento de Karina Jelinek.
"¡Felicidades para los que van a ser papás!", te grita el almacenero cuando entrás a comprar una birra. Sin salir de la sorpresa, ves que está pagando una lata de tomates tu vecina. Ahà te das cuenta de que la guacha estaba escuchando, oreja pegada a la pared, tu conversación de la noche anterior con tu esposa.
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* Siempre de joda: Con pavor, al poco tiempo de instalarte en la casa, descubrÃs que la de al lado es una especie de bailanta ad honorem. Todos los viernes y sábados hay joda.
No sabés con qué excusa festejan, pero no fallan nunca. Y los domingos al mediodÃa se come el rejunte de sobras de las dos noches previas, con la presencia de las sobras humanas que quedaron del maratón de música 2.0 (neuronas), asado y tetra.
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* La no reciprocidad: Al revés, cuando sos vos el que cada muerte de obispo organiza una jodita -el cumpleaños de tu viejo, por ejemplo-, si te pasás de la una con los temas de Serrat demasiado fuertes, empiezan a llover ladrillazos sobre las chapas de tu techo, cuales misiles disparados desde bases de lanzamiento ocultas en la noche.
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* La invasión del espacio aéreo: El tipo de al lado tiene un árbol gigante de mango. La mitad de la copa queda sobre tu patio. Vos sos alérgico al mango, y encima en el verano la superpoblación de frutas hace que el lugar se llene de ratas.
Le avisás que vas a podar esa parte. "Ok, pero fijate que la planta no se enferme", te contesta el tipo con cara de tenértela jurada. A los dos dÃas, encontrás toda la membrana del techo levantada y tajeada.
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* La pirotecnia: En diciembre, los festejos de fin de año te revelan que tu vecino es un fanático que se gasta fácil una luca en coheterÃa, bombas de estruendo y otras porquerÃas, la mitad de las cuales revientan en tu patio o tu techo.
CalentÃsimo, vas, golpeás la puerta y puteás. Él te mira con infinita pena y te dice: "Güe, vecino, ¿al final dónde está el espÃritu cristiano de estas fiestas?"
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Comentarios
Al tender la ropa limpia se impregna de olor a humo. Y ahora estamos notando que las paredes se están resquebrajando porque el guacho construyó apoyandose en la medianera... Un maestro total. Esto pensando en taparle la salida de la parrilla, envenenarle el arbol, y ponerle una piedra en el techo para cuando se derrumbe la habitación.
Los muchachos budistas
todos unidos triunfaremos,
y como siempre daremos
un grito de corazón:
¡Viva Boudou! ¡Viva Boudou!
Por ese gran argentino
que se supo conquistar
a la gran masa del pueblo
combatiendo al capital.
¡Pero Boudou, qué grande sos!
¡Mi motoquero, cuanto valés!
¡Pero Boudou, gran conductor,
sos el primer trabajador!
Por los principios sociales
que Boudou ha establecido,
el pueblo entero esta unido
y grita de corazón:
¡Viva Boudou! ¡Viva Boudou!
Por ese gran argentino
que trabajó sin cesar,
para que reine en el pueblo
el amor y la igualdad.
¡ Boudou, Boudou, qué grande sos!
¡Mi motoquero cuanto valés!
¡ Boudou , Boudou , gran conductor,
sos el primer trabajador!
Imitemos el ejemplo
de este varón argentino,
y siguiendo su camino
gritemos de corazón:
¡Viva Boudou ! ¡Viva Boudou !
Por esa Argentina grande
con que San MartÃn soñó,
es la realidad y la efectiva
que debemos a Boudou.
¡ Boudou, Boudou, qué grande sos!
¡Mi motoquero cuanto valés!
A: Boudou presidente. Nos hiciste acordar que dejamos la bici sin candado.
Respuesta obvia: la vecina de porquerÃs sono Ão, la principessa del Tirol...
Mea culpa,ab inmemoriabili.. .Ab imo pectore.
Mea culpa, mea culpa,ad eternum
mirá, vivo en un barrio y en realidad el vecino pelotudo y sucio esta a cuatro casas, el resto son una joya, pero mi vieja, pobre, tuvo un vecino que no solo que le afanaba el cable con una conexion digna de satanás, sino que tenÃa un montón de perros que tejido mediante, lo atrormentaban al enano que tiene ella (perro enano, fox terrier, no piensen otra cosa), mientras el turro la gozaba desde su casa haciendole chúmbale, felizmente se mudaron, pero como buen sorete, se afanó el yunque que era un recuerdo de mi abuelo, encima me quedé con las ganas de putearlo al menos, por pedido de mi vieja "para no tener problemas" dijo la pobre
ADMINISTRADOR: ¡Qué joyita el tipo!
Vivo en un depto piso 11
Mi vecino de enfrente, separado él - a juzgar por los aromas exquisitos -cocina como los dioses. Apenas resisto tocar su timbre con un plato en la mano. Total, no tiene mujer que me gruña
Los vecinos de la izquierda son una parejita joven, solidaria al mango...Cuando me ven cara de loca me preguntan si ando bien y me observan preocupados
La de enfrente -en diagonal- es psicóloga, soltera, y de vez en cuando en el ascensor me hace análisis gratis...y sin que se lo pida!!!!
Yo, me porto como una duquesa, a menos que a alguno de mis vecinos le moleste cuando canto bajo la ducha a alos gritos...Pero no me dijeron nada nunca
ADMINISTRADOR: En todos lados hay un vecino de mierda. Si todos los que hay a tu alrededor son buenos, la conclusión es obvia. ¿Quién es la porquerÃa del edificio?
via ojota o cualquier calzado, hace dos semanas le dije a la que trae su perro con la correa que no lo haga mas, a mierda monto en colera, pero bueno por lo menos le avise que puede fallecer su perro, yo no largo mis perros a la calle y me gusta la cumbia villera, que tal el nombre del correntino premiado
dos veces casi choca a mi hijito de 6 saliendo de casa,
le pedimos un monton de veces que no lo hiciera más, también se lo pedimos a la madre (por si el boludon cincuentón no entendÃa), y nada...
llamé a la municipalidad cientos de veces pidiendo que mandara un inspector a alguna de esas horas (ni siquiera requerÃa estar vigilando 24.00 hs), la municipalidad NO PUEDE MANDAR INSPÈCTORES A DOMICILIO, hay que esperar que ocurra un siniestro.
Entonces fui a la policÃa e hice una denuncia contando toodo toodo, y aclarando que si alguna vez ocurre algo no es un accidente y que si le pego un tiro lo hago en defensa propia, hasta el policÃa puteó contra la actitud de los municipales.
y el muy hijo de mil camiones llenos de putas sigue pasando en moto por la vereda.
ESO ES TENER UN VECINO DE MIERDA
ADMINISTRADOR: Y sÃ, tiene bien ganado el tÃtulo.
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