La infancia, la adolescencia y aun la adultez pueden estar marcados por un lugar querido, al que el tiempo y el llamado progreso borraron del mapa. ¿El Cine Marconi con su mítico murciélago agregándole suspenso a cada película?
¿El pool de doña Nati, que tenía unas mesas horribles donde las bolas pegaban más curvas que la Línea 3 pero era tan barato que uno se podía pasar ahí toda la tarde con dos mangos después de hacerse la rata en el colegio?¿El bolichongo de Frondizi y Obligado que tuvo mil nombres y donde tanta gente aprendió a apretar con "los lentos"?
Esta mesita del Averno Pub tira para ese lado. Citamos casos de Resistencia, pero cada quien, en su ciudad, tuvo sitios queridos, asociados a las sensaciones buenas. Como siempre, el primero en largar se lleva sus 3 NaranPoles 3 de premio.
Comentarios
Yo recuerdo un pub que era bastante oscurito, llamado Tabac, en Brown 75 más o menos, frente a la casa de los Bender. Un día, de adolescentes, pasamos por ahí con un amigo, año 75 más o menos, y lo vimos a Ucho Villasuso bajar de un Torino nuevito, color ver creo, y entrar a Tabac. Por esa época de adolescentes lo mirábamos a Villasuso como a un dios, por ser uno de los mejores defensores del Torino en en el Zonal de automovilismo. Manejaba muy bien.
ADMINISTRADOR: Güeeee
Recuerdo el bar el Colomé en Tucumán al 170 más menos frente a la bicicleteria Forti (en realidad es calle Perón, pero yo le voy a seguir llamando Tucumán todoa la vida).
En el Colomé nos juntábamos los viernes y sábados a la madrugada, a la vuelta de la joda, a tomar o comer algo. Año 76 más o menos.
Y sino, a la madrugada tambien, antes de ir a dormir íbamos a comer una hamburguesa a Sancho, frente al Lomo Loco.
ADMINISTRADOR: Tiempos en los que el Lomo Loco y el Sancho era uno de los cuatro o cinco únicos lugares para comer lomos y hamburguesas. ¡Que lo parió!
época decían "Aspiro y suspiro por la empanada de Chipiro",
aunque a decir verdad, me parecían que eran de bofe.- Estaba
ubicada en lo que hoy es calle Frondisi entre Obligado e Illia.
También se extraña el haber perdido los negocios referentes
en el centro de la ciudad.- Antes preguntabas por algún lugar
y te decían a mitad de cuadra de Modart o frente a Beige, o
te daban como referencia cuando preguntabas por una calle
y te indicaban es la que pasa frente a Casa del Pueblo, hoy
por modernidad o economía día a día los negocios van
cambiando de nominación y llevan casi todos nombres en
inglés, francés o italiano que cuando aprendés a decirlo no
existe mas.- Es como mi madre que todavía habla en
Australes,cuand o le pregunto cuanto cobraste vieja, me
dice seis millones, sesenta o ... bueno, seis palos o que
mierda te importa.- Como cambió la denominación del dinero
fueron cambiando los nombres de los negocios.-
ADMINISTRADOR EN EMERGENCIA SANITARIA: Y fuimos cambiando nosotros también.
El nombre completo era "El Vómito Verde del Diablo", y estaba justo detrás de la estación de servicio YPF y antes de Vialidad Provincial.
Se comía unos vacíos increíbles.
ADMINISTRADOR EN EMERGENCIA SANITARIA: ¿De qué color los vacíos?
Del Lomo Loco, sus dueños originales: dos hermanos mendocinos que vinieron en motoneta (una Siam TV 175) a finales de los 60 y el carrito vino a remolque de un camión. Se instalaron en una esquina de la Avalos, y los choris jamás fueron empardados en ningún lado. De ahí nos cruzábamos al cine terraza Ideal para ver las peliculas de la genial e inigualable Coca Sarli. ¿Alguna pregunta respecto al nombre de una novia que teníamos en común, que nos solucionaba a todos el congestionamien to lácteo?.
El Belén, de Rawson y Obligado. Escala previa o posterior a la Comercio (era la única), enseñaba los primeros pasitos en algunos vicios que cuando los comparo con los que enfrentan nuestros hijos, tenían la gravedad de un postre de maicena.
Ya mas creciditos, Revolución competía con los dos boliches de la Güemes, Mataró y Castejón; además Garrote (antes Botilglia), cuando ya Teorema era un recuerdo. Pero como olvidarse de Canibal por la 9 de julio pasando LT5, por 7 huesitos te daba felicidad eterna.
Menos aún las movidas del Prado Asturiano (¡cuando vino Tormenta!) y las noches del For Ever!!!!!!!!!!.
La noche del sábado, arrancaba el sábado como corresponde. Cuando andábamos con alguna moneda nos dábamos el dique de invitar a cenar al objetivo de nuestros deseos a la parrilla del Triángulo: el Vómito. De ahí a la Biela o Mafalda en la Güemes (¿Alacris?) y final a bailar. Todo un derroche!.
A las señoritas se les daba permiso hasta las 3 PM para regresarlas junto su señora madre (¿las despedidas!!!!! !!). Ahora arrancan todos ahí, ¿y el sábado a la noche????????.
Termino, para evitarme un incremento de colesterol malo, recordando las noches de "piratas" en La Tecla de la 25 de mayo en la misma vereda que Teorema. Los SúperTeclas de milanesa completos, más las compañías de segunda hora (alguna vez se mezclaron las cosas y hubos tiros en serio), cerraban la noche.
¿Como seguía la cosa?. Sonamos, no me acuerdo bien como era. Tiene que haber sido lindo, pero no me acuerdo muy bien. Voy a tomar la pastillita de dos colores que me recetaron para la memoria. Ah!, el domingo íbamos a misa.
ADMINISTRADOR: Gracias por compartir, Pendex. Una duda en serio: ¿de verdad la parrilla se llamaba El Vómito??
digo,me hiciste retroceder cuarenta años de mi vida.- Con alguna
làgrima que se me escapa, de puro pelotudo que soy nomàs,
me acuerdo de los lugares que mencionàs.- Te acordàs del
Circulo de armas, donde pude ver a los Iracundos.- El boliche
que no te acordàs como se llamaba es Teorema y estaba en
25 de Mayo y Donovan justo frente a la pizzerìa.- Habìa un
cafè que estaba por Santa Marìa de Oro, casi lo que hoy es
Peròn, en ese momento estaba pegado a lo que era casa
Aides, hoy es una farmacia, nos juntabamos todas las noches
con unos amigos porque podiamos escuchar a un organista
brasileño llamado Lafayette con el tema que popularizò Roberto
Carlos, Olvida.- Uno de ellos el padre tenìa una bicicleteria por
calle San Lorenzo y que lamentablemente hoy no està, pero lo
sigo recordando como uno de mis grandes amigos.- Hay tantos
lugares en este Resistencia que para los que peinamos canas
hoy ya no estàn.- La comparsa se llamaba Las Locas de las
Cavernas, no la de los trolos que se presentan hoy en dìa sino
la de un grupo de atorrantes que queriamos divertirnos y nos
reuniamos en santiago del Estero y Echeverrìa.- Puaa que
viejo de mierda soy.-
ADMINISTRADOR EN EMERGENCIA SANITARIA: Gracias por tu comentario, Trula, que ayuda a conocer parte de la historia de esta ciudad que nunca mira para atrás... ni para adelante.
Entre paréntesis, avisame si tenés algún problema con tu cuenta, creo que por error en el click, bloqueé algo al subir tu comentario (si hay algún problema, avisame a redaccion
Amaba mi pueblo, su laguna, el río Negro y el tajamar, el viejo puente, las calles de tierra y carbonilla, el guayabo de mi casa y su galería, el jardín, el viejo galpón que escondía nuestras travesuras...
Nunca hubiera querido partir de Tirol y siempre, siempre estoy regresando, como eterna vagabunda que cada noche vuelve al mismo refugio aunque durante el día haya atravesado millones de distancias.
Y es desde Tirol desde donde regresan mis primeros recuerdos de Resistencia: Viajar a la ciudad con nuestros padres era toda una aventura
Vagamente evoco la vieja estación de tren por la Laprida, pero sobre todo, la cuadra de enfrente
¡Cómo me subyugaba ese enorme bar con mesas de madera y algunos parroquianos con la botella y un vaso bajito de vidrio grueso donde una y otra vez cargaban una bebida marrón y se la bebían de un sorbo, echando la cabeza para atrás y vuelta a llenarlo...
(Los miraba como a los “mocitos” de las películas de CowBoy que pasaban en el cine al aire libre de mi pueblo – “El bueno, el feo y el malo” con Clint Eastwood; “Django” con Franko Nero, “Butch Cassidy” con Paul Newman y Robert Redford!!!-)
Hombres rudos, de mirada dura y solitaria, que parecían escapados del infierno y alargaban interminablemen te la noche, tanto como el humo de sus cigarrillos de tabaco negro
En el centro del bar, no sé si una, dos o tres mesas donde entre risotadas, gritos, maldiciones y botellas vacías, llenas, o semillenas, otros hombres disputaban campeonatos de billar en largas y sólidas mesas tapizadas de verde o rojo.
Las bolas rodaban, se cruzaban unas a otras, o chocaban entre sí y desviaban su rumbo. Cuatro, cinco diez bolas... y ante mis ojos todo desaparecía...s alvo el rugido de esos roncos bozarrones y esa danza que el azar sincronizaba como figuras de un ballet que me hipnotizaba, pegada contra el vidrio hasta que mi mamá me arrastraba literalmente del brazo.
No recuerdo dónde íbamos después...
Sólo esa escena permanece congelada y todos los días, cuando paso por allí, comienzan a transitar esas historias pasadas que se funden como manchas de humedad en el presente
Nos quedábamos unos días en la casa de mis abuelos y entonces vuelven a mí los fines de semana con mi tía: los sábados, el cine Marconi, el hombrecillo deforme pero adorable que en “el intervalo” entraba gritando “¡A lo maní, chocolates, pororó!”...
La primera película que vi allí fue “Sissí”, cómo lloré!!! (Días atrás, con una amiga la encontramos en dvd y la volvimos a mirar, de puro taradas... ¡Y volvía a llorar ¡...pero por mí...ya no por Sissí.
Los domingos, la retreta de la plaza y de allí a la heladería Noirat, ¡ese recuerdo y el helado de dulce de leche –nunca otro igual- comparto con ustedes!
“La loca esperanza”. Con mi prima Marcela, que vivía cerca, íbamos a su casa, donde vivía ella con millones de gatos y –recuerdo nítidamente –un hermoso piano de cola en esa casona semiderruida y vacía, con cortinados y sillones cuyas hilachas dejaban aún entrever otras épocas de esplendor en la vida de esa mujer.
Siempre me pregunté si realmente era loca o sólo se había hundido en una melancolía extraña e infinita que la desarraigaba del mundo.
Unicamente sé que hablábamos con ella y su voz, un tanto dislocada, era sin embargo muy dulce. Me encuentro con su figura fantasmal – exactamente la misma de entonces- cada vez que recorro esas calles
ADMINISTRADOR: Jorge, si es cierto que sos de la familia Noirat, nos resulta un honor (y lo digo sin ironía ni sarcasmo alguno) que estés acá. Aquel cálido y mágico lugar creado por tu familia vive en la parte más linda de la memoria de miles de personas. ¡Y más vale que ya estamos apuntando el número para hacer la prueba!
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