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Foto Florencia Downes
Foto: Florencia Downes

La realizadora cinematográfica Lucía Puenzo vuelve a los temas del cuerpo y la subjetividad donde se entrelazan los fenómenos cuasi paranormales, el azar y la ciencia que con notable destreza abordó en filmes como «XXY» y «Wakolda» en su nueva película «Los impactados», que produjo con sus hermanos Nicolás y Esteban y que este jueves estrena en salas argentinas.

La excusa en este caso son las personas que sobreviven al impacto eléctrico de un rayo y cuyas vidas cambian radicalmente a partir de los caminos sinápticos que la descarga eléctrica dejó inertes y de los nuevos que quedan habilitados a partir de este acontecimiento.

Protagonizada por la estupenda actriz chilena Mariana Di Girolamo («Ema», de Pablo Larraín) y coprotagonizada por Germán Palacios y Guillermo Pfening, el filme -que tuvo premiere mundial en el Festival de San Sebastián se llevó el premio a Mejor Película en Trieste- al que la realizadora define como «un híbrido de géneros», «es el recorrido de una mujer al que le cae un rayo y la transforma en otra».

«‘Los impactados’ -cuenta Puenzo en charla con Télam- podía ser muchas películas desde el principio, podía ser una película de superhéroes o una de ciencia ficción pura y dura o, incluso, un thriller de investigación y procedimiento, pero, por sobre todo, siempre fue la historia de una mujer».

Lucía Puenzo abandonó el rodaje de la serie «Futuro desierto» que está dirigiendo en la selva de Palenque en el sur de México junto a su hermano Nicolás (director de fotografía en este filme) para preparar el estreno de «Los impactados» en Buenos Aires y, en este marco, se prestó a una charla con esta agencia en la que abordó los temas que quiso investigar en esta nueva película, la herencia familiar y la decisión de trabajar con sus hermanos, el estado del cine actual, las plataformas y los proyectos cercanos.

– ¿Cómo surgió «Los impactados»?
– El camino de «Los impactados» fue muy distinto al de otras películas porque surgió a partir de un guion embrionario que me acercó una amiga artista plástica que es Lorena Ventimiglia (coguionista y directora de arte del filme) que estaba fascinada con las historias de las personas con Marcas de Lichtenberg, que son plásticamente increíbles y que son cicatrices en el cuerpo de personas impactadas por rayos que replican el surco de electricidad que atravesó a esa persona en el momento del impacto.

– ¿Eso es real?
– Sí, absolutamente, el impacto del rayo deja un surco, mata neuronas y deja inhabilitados caminos sinápticos que la persona está acostumbrada a usar en su cerebro para ser quien es. Entonces, los que sobreviven al impacto de un rayo, cuando salen de los estados shock posteriores salen como medio enloquecidas, con hiperacusias, fotofobias, con auras, aberraciones visuales, sin melamina, con el pelo blanco, transformadas como en estos monstruos reconfigurados, con esta marca de la electricidad en sus cuerpos y sin entender qué les está pasando ni quiénes son. Si buscás historias de impactados en internet es muy común que el que era cirujano se transformó en pianista, a la mujer joven que tuvo menopausia precoz ahora sus ovarios se le volvieron fértiles, casos que parecen sacados de la ciencia ficción pero que son absolutamente reales y con base científica.

– Algo inesperado.
– Lo que me interesó mucho de esta idea es que fuera algo muy médico, científico y al mismo tiempo con una enorme carga poética, que algo tan aleatorio, tan imprevisible, como que un rayo te elija a vos y no a mí que estoy a dos metros, genere todos estos cambios en tu cuerpo y en tu psiquis.

Foto Florencia Downes
Foto: Florencia Downes

– Una manifestación muy clara de lo extraño.
– Es una película con elementos sobrenaturales pero de tono muy realista, podría ser un thriller pero termina siendo otra cosa, es como un híbrido de géneros que termina siendo el viaje de su protagonista, y más que la peripecia o el tema, lo que me atrajo mucho a la hora de pensar el proyecto fue cómo armar esta partitura visual y sonora para sumergir al espectador en la locura en la que se despiertan los impactados. Para mí la película es, principalmente, clima y atmósfera, y fue muy divertido buscar en la isla de edición y en el rodaje hasta dónde podía ser soportable para el espectador estar sumergido en esa locura. Esa experimentación fue lo que más me intrigó en el proceso de hacer la película. En la posproducciòn de «Los impactados» hubo más búsqueda, de prueba y error, de analizar caminos posibles o imposibles que en otras películas mías. De hecho disfruté mucho tener ese espacio para probar cosas que en proyectos más grandes como series o películas para plataformas con presupuestos muy grandes no podés porque todo está predeterminado.

– ¿La película propone una metáfora?
– Tiene implícita esta idea loca que todos tenemos de querer ser otro pero no desde las ganas de ser otro un ratito sino esta idea de que realmente la cabeza ya no pueda pensar del mismo modo, la reconfiguración profunda. Esa idea tiene una potencia muy fuerte que la podés llamar como quieras: metafórica, poética, simbólica. La idea de que ya no podés seguir haciendo los mismos caminos es una idea muy simple pero al mismo tiempo un punto de partida muy potente.

– Un hermano tuyo es el director de fotografía, el otro el productor de esta película; ¿cómo es este trabajo familiar?
– Nico es el director de fotografía, con él estoy codirigiendo la serie en México y Pepe (Esteban) es el productor. Somos cuatro hermanos: Sebastián que hace foto fija, la hizo en todas mis películas y el making off; Nico es el director de fotografía y es él también director, yo soy la guionista de su primera película, «Los últimos», y hace años codirigimos juntos las series y descubrimos que en series que son estructuras cada vez más grandes que estamos filmando afuera ser dos cabezas que se entienden suma un montón.

Nos divertimos mucho, crecimos en los sets de rodaje de mi papá; «La historia oficial» se filmó en nuestra casa, crecimos siendo meritorios de sus películas primero y después en películas de otros directores y directoras amigos de él. Con mis hermanos pasamos por todos los roles de todos los equipos desde muy chicos. Los tres estudiamos en la Enerc y todos nuestros amigos de la vida son de la Enerc (escuela de realización cinematográfica estatal) y son los cabeza de equipo con los que estamos trabajando en México, por ejemplo. Trabajamos juntos desde chiquitos y aprendimos a potenciarnos mucho. tenemos lo bueno de ser hermanos que nos podemos pelear y a los cinco minutos olvidamos la pelea, son esos vínculos de retorno muy veloces, nos queremos y cuidamos mucho y sabemos trabajar muy bien juntos.

– ¿Qué podés contar sobre la serie en México?
– Filmamos cinco semanas en la ciudad de México los interiores y ahora estamos rodando los exteriores en Palenque, al sur, en la selva; nos metimos muy adentro con arqueólogos y guías. Después tenemos dos semanas en el Cañón de Tuxla y terminanos en Oaxaca. Son seis capítulos que terminaremos de rodar a fines de marzo, después venimos a posproducir todo acá y vamos a estrenar para América Latina en marzo de 2025 a través de Paramount Gaumont. La serie se llama «Futuro desierto», es realismo futurista aunque algunos digan ciencia ficción, es sobre el espectro emocional de la inteligencia artificial, genoides y androides antropomórficos en la selva, un experimento de una empresa norteamericana muy grande, una falla, una incógnita.



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Fuente Telam