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A tres décadas de la denominada «Masacre de Flores», en la cual murieron cuatro integrantes de una misma familia y un amigo tras el incendio intencional de una vivienda, el único sobreviviente reveló haber recuperado su «vida normal» tras la muerte del quíntuple homicida y aseguró que «es el primer aniversario en el que su familia descansa en paz».
En diálogo con Télam, Matías Bagnato (46) contó que volvió a trabajar como tripulante de cabina en vuelos comerciales y que bajó casi 40 kilos en los meses siguientes al fallecimiento de Fructuoso Álvarez González, el pasado 30 de abril dentro del centro de salud del Complejo Federal 1 de Ezeiza, perteneciente al Servicio Penitenciario Federal (SPF), donde permaneció alojado durante 12 años.
«Trato de ir recuperando mi vida. A los días de su muerte me empezó a caer la ficha y a procesar todo lo que viví y pasé. Durante estos meses atravesé momentos de mucha angustia porque tuve que tomar conciencia de lo que tuve que soportar durante 30 años. Es ir aprendiendo día a día de todo», señaló a esta agencia Matías.
La muerte de Álvarez González fue calificada por Bagnato como un «alivio» al sostener que el asesino de su familia había jurado «terminar con lo que comenzó aquella noche del 17 de febrero».
A partir de ello, el sobreviviente de la «Masacre de Flores» decidió someterse a una cirugía bariátrica en septiembre ya que durante las últimas tres décadas «canalizaba los momentos de angustia con la comida».
«Que se haya terminado la historia con Fructuoso me permitió comenzar a sanar y pensar en mí, algo que nunca hice. La sanación fue parte de hacer un duelo que nunca pude hacerlo bien en estos años. Mis análisis me dieron que estaba al límite de la diabetes y que tenía comprometido el hígado, por lo que decidí operarme», profundizó.
Además, Bagnato indicó que todavía tiene custodia policial, mientras que reconoció que todavía le resulta difícil salir solo a la calle y que los días posteriores a la muerte de Álvarez González continuó durmiendo junto a un botón antipánico.
«Yo dormía con el botón antipánico como todas las noches de los últimos 12 años. Lo tenía muy naturalizado, ni lo registraba. Siempre dormía con un ojo abierto. La noche siempre me costó, desde chiquitito»
«Yo dormía con el botón antipánico como todas las noches de los últimos 12 años. Lo tenía muy naturalizado, ni lo registraba. Siempre dormía con un ojo abierto. La noche siempre me costó, desde chiquitito», contó.
Con respecto al trigésimo aniversario de la muerte de sus padres y sus dos hermanos, Bagnato admitió que será especial ya que será «el primero en el que la familia descansará en paz».
A pesar de eso, Matías indicó que cada 16 de febrero a la noche vuelve a recordar con detalles lo ocurrido durante el quíntuple homicidio.
«La noche del 16 es lo peor para mí. Hasta las 3 de la mañana sigo angustiado y con nervios. Es mucho lo que me pasa en el cuerpo, se me viene todo a la cabeza», señaló.
¿Qué pasó la noche de 17 de febrero de 1994?
La «Masacre de Flores» ocurrió el 17 de febrero de 1994, cuando Matías Bagnato tenía 16 años. Vivía con sus padres, José Bagnato (42) y Alicia Plaza (40), y sus hermanos, Alejandro (9) y Fernando (14), en una casa de dos pisos en Baldomero Fernández Moreno 1906 entre Moreno y Pumacahua, en ese barrio porteño.
Esa noche murieron sus padres, sus dos hermanos y Nicolás Borda (11), un amigo de Alejandro que esa noche se había quedado a dormir.
En aquellos tiempos, Matías y su hermano Fernando le temían a «El Monstruo», una persona que llamaba todos los días a su casa con una voz distorsionada, diciendo: «Uhhhh se quemaron todos. Están todos muertos».
El responsable de esas llamadas era Fructuoso Álvarez González, quien amenazaba a José Bagnato, su exsocio, por una supuesta deuda de 180.000 dólares.
La madrugada del 17 de febrero de 1994, Álvarez González cumplió su amenaza. Aquella noche, la familia Bagnato la había pasado con normalidad. Nicolás Borda (11), amigo de Alejandro, se quedó a dormir, y vieron juntos un partido de la Copa de Oro entre San Lorenzo de Almagro e Independiente en Mar del Plata.
Matías recordó con emoción su último intercambio con sus padres. «Esa noche no tenía sueño y me puse a escuchar música. Puse un disco de Roxette. Me fui a fumar un cigarrillo al baño y mi mamá me preguntó qué era ese olor. Obviamente ella sabía que yo estaba fumando. Y me acuerdo que agarré el desodorante de ambiente de mi baño y les tiré el desodorante. Ellos estaban acostados en la cama y se rieron los dos. Esa fue la última vez que los vi», expresó.
Según la Justicia, a las 3:30 de esa madrugada, Álvarez González irrumpió en el domicilio, roció toda la casa con dos bidones de combustible y la prendió fuego.
Matías se despertó empapado de sudor con mucha dificultad para respirar, abrió la ventana de su habitación y escuchó a un vecino gritar: «¡Matías salí, salí rápido! ¡Se quema todo!»
La puerta se abrió con fuerza y una llamarada gigante prendió fuego el pelo de Matías, tirándolo al piso.
Desesperado, gritó el nombre de su familia una y otra vez, pero nadie respondió.
«Me ahogaba y el fuego me arrimaba a la ventana, como si me expulsara de la casa. Me paré arriba de un cantero, pero apenas salí, se quemó la correa de la persiana y se cerró. Me estaba quemando vivo. Ahí fue cuando decidí saltar», rememoró.
Como resultado del ataque, sus padres y su hermano Fernando murieron asfixiados, mientras que Alejandro falleció carbonizado junto a su amigo Nicolás.
«Todavía me acuerdo del olor del incendio», señaló Matías, único sobreviviente del siniestro que elige pasar todos los 17 de febrero con sus amigos, quienes lo ayudan a atravesar los malos recuerdos.
Por otro lado, el actual tripulante de cabina de Aerolíneas Argentinas no descartó visitar los restos de las víctimas durante la jornada, aunque reconoció que le causa mucho dolor regresar a ese lugar.
«Estoy con la idea de cremar a mis papás y mi hermano. Es algo que siempre me costó: pensar en ponerlos en el fuego me lo impide. Pero me gustaría que estén liberados, en un lugar simbólico en el que hayamos compartido muchas cosas», dijo emocionado.
Por otra parte, Bagnato reveló que se encuentra participando en la producción de una serie sobre la masacre en la que fallecieron sus familiares junto a los cineastas Juan José Campanella, director de la película «El Secreto de sus Ojos» y «El hijo de la Novia»; y Alejandro Hartmann, director de la serie documental «El Carmel», la cual reconstruye el asesinato de María Marta García Belsunce.
Matías recordó a su abuela, Norma Calzaretta, quien falleció en junio del 2020, y lamentó que no haya podido enterarse de la muerte del asesino de su familia.
«Creo que contar mi historia en este formato puede ayudar a una generación a entender por lo que pasé. Hablé con Carlitos Páez Vilaró, sobreviviente de la Tragedia de los Andes, y lo sanador que es poder sacar estos temas a la luz. Coincidimos en que, salvando las diferencias, somos sobrevivientes y es una historia que te marca para toda la vida. Es importante para mí dar ese cierre final», remarcó.
Por último, Matías recordó a su abuela, Norma Calzaretta, quien falleció en junio del 2020, y lamentó que no haya podido enterarse de la muerte del asesino de su familia.
«Me sigue generando angustia que mi abuela no llegó a vivir todo esto. Cada 17 de febrero lo pasaba con ella. Ella sufría mucho por todo esto», cerró.
Cronología de los hechos y el recorrido judicial del asesino
• 28 de enero de 1994: La familia Bagnato recibe por última vez una amenaza por parte de Fructuoso Álvarez González, quien reclamaba por una deuda de 180.000 dólares. Ante las constantes intimidaciones de Álvarez González, José Bagnato había radicado varias denuncias por amenazas en la comisaría 38 de la Policía Federal.
• 17 de febrero de 1994: Fructuoso Álvarez González irrumpe en el domicilio de los Bagnato e incendia la casa. Por el ataque fallecen José; su esposa, Alicia Noemí Plaza; sus hijos Fernando y Alejandro Bagnato, y Nicolás Borda, un vecino del barrio que se había quedado a dormir. El hijo mayor de la familia, Matías, escapa.
• 21 de febrero de 1994: Álvarez González es capturado cuatro días después de la masacre.
• 10 de noviembre de 1995: el asesino es condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal 12 a prisión perpetua
• 4 de marzo de 2004: trasladan al homicida a una cárcel de Madrid, luego de que éste recurra a un tratado entre Argentina y España (Ley 24.036), el cual permite a un extranjero a completar una condena en su país de origen, siempre que acredite vínculos familiares en esa nación y se haya hecho cargo de las costas del juicio. El imputado tenía ciudadanía española.
• 22 de noviembre de 2008: el autor de la «Masacre de Flores» es liberado por los tribunales españoles, los cuales convirtieron la condena a perpetua en una sentencia de 20 años de cárcel, el equivalente en aquel país a nuestra pena máxima. Debido a que la Justicia española anotó por error la fecha del crimen en 1990, en vez de 1994, le permitió a Fructuoso ganar 4 años y pedir la libertad condicional.
• 8 de diciembre de 2008: Álvarez González regresa a Buenos Aires.
• 14 de julio de 2011: el juez de Ejecución argentino Axel López ordena la recaptura de Álvarez González tras descubrir las irregularidades en su liberación. El homicida amenazaba de muerte a Matías Bagnato por teléfono.
• 4 de diciembre de 2011: Álvarez González es detenido por agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) durante un allanamiento en una casa en Tortuguitas donde tenían el dato que se escondía. Lo encontraron en un falso techo.
• 11 de mayo de 2018: La Cámara de Casación Penal rechaza un pedido para que Fructuoso Álvarez González sea expulsado del país.
• 1 de febrero de 2022: La defensa de Fructuoso presentó un pedido a la justicia para que se fije la duración exacta de su pena.
• 4 de abril de 2022: El Juzgado Nacional de Ejecución Penal 1, a cargo de José Pérez Arias, rechazó el pedido de fijación del vencimiento de la pena de Álvarez González aduciendo que no está apto para «la conformación de un adecuado pronóstico de reinserción social».
• 22 de junio de 2022: La Cámara de Casación Penal, compuesta por los jueces Horacio Días y Jorge Rimondi, decide rechazar por «inadmisible» el pedido de fijación de pena realizado por la defensa de Álvarez González.
• 1 de febrero de 2023: La abogada particular de Álvarez González pide nuevamente la libertad condicional de su defendido.
• 3 de febrero de 2023: La jueza de Nacional de Ejecución Penal 1, María Jimena Monsalve, ordenó que Álvarez González sea incorporado en un programa de «prelibertad» y solicitó al Servicio Penitenciario Federal (SPF) la elaboración de una serie de informes socioambientales para evaluar si el recluso está en condiciones de ser excarcelado.
• 21 de marzo de 2023: Monsalve rechazó la solicitud de libertad condicional de Fructuoso al basarse en los informes socioambientales que elaboró el penal que lo aloja. Según la magistrada, Álvarez González presentó una «evidenciada involución» en su comportamiento dentro de la cárcel, al manifestar «dificultades para acatar los reglamentos internos, como así su falta de apego en punto a los objetivos fijados por las diferentes áreas de tratamiento».
• 30 de abril de 2023: Fructuoso Álvarez González falleció en el hospital de la cárcel de Ezeiza, donde se recuperaba de una intervención quirúrgica en la cadera.
Matías Bagnato hoy forma parte del Observatorio de Víctimas de Delitos junto a familiares de otras víctimas de casos de violencia, entre ellos de Ángeles Rawson, de la tragedia de Once y de Cromañón.
Gracias al impulso del observatorio, fue sancionada la Ley 27.372 de Derechos y Garantías de las Personas Víctimas de Delitos, mediante la cual se creó el Centro Nacional de Asistencia a las Víctimas de Delitos para asistir y asesorar tanto a familiares como a víctimas de hechos de violencia.
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Fuente Telam