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El rapero Dillom -envuelto en una controversia pública por su actuación en Cosquín Rock- protagonizó este lunes por la noche un potente show en la undécima edición de la Fiesta Nacional de la Confluencia, en Neuquén, ante 250 mil espectadores, en el que se pudo observar, aun más allá de una letra particular, la dimensión política que atraviesa a la canción popular.
Incluso sin necesidad de repetir en Neuquén su versión de «Señor Cobranza», con su referencia al ministro de Economía, Luis Caputo, el repertorio que Dillom desplegó durante una hora en el escenario neuquino acreditó que el horizonte de la canción popular no necesariamente debe limitarse al paisajismo o a las crónicas de desamor.
«Me gusta lo que estoy viendo. Ojalá siga así hasta el final», confesó Dillom apenas subió al escenario del predio ubicado en la Isla 132, frente a una multitud que sobrellevó la fría noche de la capital neuquina.
«Me convencen pa’ que vaya a matar gente, gente», dice en una línea de la canción «Piso 13», que el rapero eligió para inaugurar la noche y que acaso pueda resignificarse a la luz del variopinto menú de reacciones que despertó la actuación del artista en Córdoba, en la que reemplazó en nombre de Domingo Cavallo por el de Luis Caputo en un antiguo tema de «Las manos de Filippi».
Tal vez Dillom, que nació en 2000 y tiene 23 años, comprendió antes que otros que no es posible asumir la historia de la música popular argentina sin recuperar el valor de la canción social, que dejó huella todos los géneros.
Se la puede encontrar en la retórica de Charly García en sus canciones escritas bajo la dictadura; en la voz de Mercedes Sosa, expulsada al exilio, en «Como la cigarra»; en la trama social de las canciones de Atahualpa Yupanqui y Jorge Cafrune y también, desde ya, en las voces del rock de los ´90 en tiempos en que la Argentina alcanzó niveles de exclusión social hasta entonces sin precedentes.
La referencia de Dillom en Cosquín Rock pertenece a esa honrosa prosapia.
¿Para quién canto yo entonces?, se preguntaba García en una canción de Sui Generis, 25 años antes de que Dillom naciera. El interrogante mantiene vigencia para interpelar la voz del artista y su tiempo social.
Dylon León Massa, tal es su nombre real, mostró su respuesta.
Y en la tercera jornada de la Fiesta de la Confluencia, Dillom eligió varias canciones con referencias a la realidad social, como por ejemplo «1312» que grita en su letra «antes muerto que policía de la federal». El repertorio de la noche incluyó éxitos como «Side», «Opa», «La primera» y «Pelotuda».
El efecto de la polémica pública -que incluyó una demanda con pretensión punitiva sobre el cantante- sobrevolaba entre el público que pobló el predio de la Isla 132. Cada palabra de Dillon intentaba ser leída en clave a los acontecimientos de los días previos.
Una frase cantada por Dillom también fue celebrada en ese sentido: «Y por sus cara’, parece que nunca vieron un artista» («Reality»).
Hasta ahora la voz política sólo había aparecido en la Fiesta Nacional de la Confluencia a través de la presencia del payador Juan Manuel Parada Curbelo en la segunda noche, con referencias a la educación pública y la resistencia a la lucha por defender los derechos en riesgo. También, sin alusiones a la coyuntura, pero sí en el registro de la canción social, con la intervención de Matías Rivas -músico ganador del Pre-Confluencia- con su «Chacarera del chacarero», dedicada a los trabajadores del Alto Valle.
Un cierre con otro tono
La tercera noche de la Fiesta Nacional de la Confluencia se cerró en otro tono, con Airbag, el grupo integrado por los hermanos Gastón Sardelli, Patricio Sardelli y Guido Sardelli, que en la edición 2023 del Festival había tenido una enorme recepción, premiada ahora con el cierre de una de las cuatro jornadas.
Hicieron cantar a la multitud una versión del Himno Nacional y también subieron al escenario a un guitarrista aficionado para tocar con la banda.
El festival concluirá este martes con su cuarta y última jornada con la siguiente grilla de horarios en el escenario principal: 18.20: Piti Fernández; 19.30: Fabiana Cantilo; 21: Fito Páez y 22.30: Los Ratones Paranoicos.
Ivonne Guzmán: «No hay que ver a la cultura sólo como entretenimiento»
La banda de cumbia La Delio Valdez protagonizó este lunes una multitudinaria sesión bailable a cielo abierto en la Fiesta Nacional de la Confluencia y, tras su explosiva actuación, una de sus voces, la colombiana Ivonne Guzmán, destacó la necesidad de sostener los espacios que representan los festivales populares, a la vez que aseguró que a la cultura no se la debe pensar «como si fuera sólo entretenimiento».
«No hay que ver sólo la cultura desde el lado del entretenimiento. La expresión en sí tiene un valor, también todo el trabajo que genera. Es importante sostener los espacios de los festivales«, dijo en diálogo con Télam en relación a la proliferación de discursos que alientan el retiro del Estado de la actividad cultural
«No se puede reducir la cultura al hecho mercantil de quien puede comprar una entrada o no», completó, en el mismo sentido, Damián Chavarría, el trombón de la orquesta.
«Lo que no hay dudas es que en este país la gente la cultura sí le importa. De no ser así no sería posible la cantidad de fiestas populares que existen a lo largo de todo el país», agregó.
Ivonne Guzmán subrayó la necesidad de defender las políticas públicas culturales. «Nosotros podemos decir que tenemos cierta espalda para afrontar la situación, pero muchísimos artistas necesitan de apoyo y eso es indispensable que siga existiendo», remarcó.
Sobre la irrupción de La Delio Valdez en la Fiesta Nacional de la Confluencia, ante un público de 250 mil personas, Ivonne Guzmán expresó: «Tenemos orgullo y agradecimiento, pero también decimos que estamos listos para ocupar ese lugar».
Marité Berbel, la voz de la Patagonia
La voz de Marité Berbel, expresión del folclore de la Patagonia, encontró un espacio en la tercera jornada en Neuquén, dominada por artistas masivos y que responden a especies musicales diversas como Tan Biónica, Fito Páez, Abel Pintos o Airbaig.
«Valoramos este espacio. También decimos que nos gustaría cantar más porque imaginate que se hiciera un festival así en la Patagonia y no hubiera ningún número de la Patagonia… No necesariamente tiene que ser con los Berbel, pero sí con músicos patagónicos», planteó en diálogo con Télam.
Marité, oriunda de Plaza Huincul, hija del poeta Marcelo Berbel, subió al escenario de la Isla 132 de Neuquén y entonó «Regreso al ayer», emblemático vals de la región: «Andando estas calles me veo tan solo/mirando asombrado otro amanecer/No conozco a nadie, nadie me conoce/todo está distinto, ciudad de Neuquén/Tal vez seas más linda pero te repito/todo está distinto ciudad de Neuquén».
Acompañada por sus hijos Ayelén y Traful Berbel, más Daniel Díaz (guitarra) y Alex González (percusión), Marité, en su acotado tiempo en el escenario, alcanzó a presentar un estreno, la zamba «Será porque soy neuquino»-
«El folclore patagónico tiene mucho material desconocido por mostrar. Llevo muchos años remando en el dulce de leche. Lo gratificante es que la recepción del público siempre es muy buena», afirmó.
Traful Berbel apuntó que «todavía el folclore patagónico está esperando su momento» porque los músicos y compositores existen, pero «falta difusión» y también «mayor unidad entre los propios músicos».
En ese cuadro, Ayelén Berbel precisó que en rigor se conocen masivamente las canciones de los Berbel «porque las han grabado Los Nocheros, Abel Pintos, Los Fronterizos, José Larralde o Mercedes Sosa… lo que ocurre es que el público no los asocia a sus compositores».
Marité Berbel y sus hijos concluyeron su presentación en la Fiesta de la Confluencia con «Amuytuy, Soledad», una canción de amplia difusión que reza: «Impusieron cultura/y este idioma también/lo que no me impusieron/fue el color de la piel».
«Si preguntan de quién es el tema, es probable que digan que es un tema de Soledad Pastorutti», concluyó para ilustrar el planteo.
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Fuente Telam