Un eterno dilema moral es si a las parejas de los amigos uno de las puede empomar o no. Estamos convencidos de que es de miserables ratas guasquear a la mujer de un amigo del alma, o -en el caso de ellas- cabalgar la matraca del esposo o novio de una Ãntima.
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Pero, cuando se trata de la ex o el ex de un/a amigo/a, ¿se puede?¿No?¿Sólo dos o tres bombeaditas y nada más?
En AN, otro de los grandes temas de la humanidad bajo el agudo análisis de nuestros lectores.
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No hay ex, ni actuales.
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