El relato de los medios diabólicos suele buscar que los argentinos bajen los brazos bajo el contundente peso de la tristeza y el desánimo. Pero sin embargo la realidad nos regala todos los dÃas motivos para gritar, como Alterio en aquella pelÃcula, "¡la puta que vale la pena estar vivo!"
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Una prueba más de ello es el informe de prensa difundido dÃas atrás por la PolicÃa del Chaco en el que se informó sobre la recuperación de un teléfono móvil robado en el Barrio España. "A raÃz de las arduas investigaciones, el Departamento de Investigaciones Complejas logró determinar que el teléfono celular era ofrecido a la venta a través de la red social Facebook. Luego se determinó el domicilio del supuesto autor, por lo que se procedió al allanamiento del lugar, previa orden del Juzgado de GarantÃa Nº 2", decÃa el parte policial. Ahora sólo resta recuperar otros 12.000 aparatos.
Pero a partir de una sugerencia del periodista Bruno MartÃnez, la Mesa Superior de Redacción de Angaú Noticias decidió en votación dividida -11 a 9- entrevistar al encargado de dirigir la investigación que permitió recuperar el teléfono. Por razones de seguridad y a su pedido, lo llamaremos de aquà en más Comisario X.
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La cita
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La cita es en un taller metalúrgico de Villa ItatÃ. El Comisario X nos pasó a buscar por el edificio del holding AN. Tres sujetos de cabellos semirrapados, anteojos oscuros y 120 kilos cada uno, incómodos dentro de sus chalecos antibalas, nos hicieron subir a una camioneta azul marino de vidrios polarizados. Allà nos vendaron los ojos. "Vamos a dar algunas vueltas y a cambiar de vehÃculos para evitar cualquier problema", nos avisaron. SabÃamos que algo asà podÃa pasar. Pero, francamente, no imaginábamos que el plan preventivo contra eventuales atentados nos iba a obligar a empezar el traslado a las 8.20 de la mañana para llegar recién a las 17.55 al taller del encuentro.
Los tres gorilas nos quitan las vendas, y alrededor sólo vemos tres operarios cortando chapas, realizando soldaduras y operando amoladoras. Andando por un laberinto de rejas recién hechas y chatarras metálicas llegamos a un cuartito en el que un hombre se levanta de una silla plástica, detrás de una pequeña mesa de madera barata, y nos extiende la mano. Es el Comisario X.
Un ventiladorcito está sobre una pila de diarios y hace más ruido que viento. El calor agobia. Por el rostro redondo de X, craterizado por la viruela, las gotas de sudor juegan carreras. Nos pregunta si queremos beber algo, le decimos que sÃ. "RamÃrez, dos Twister pomelo rosado", ordena. Luego, con un ademán, nos habilita a iniciar la charla.
-¿Cómo empezó la historia del celular?
-El 15 de febrero de este año, a horas dos mil doscientas, una persona de sexo femenino se hace presente en la seccional del Barrio España para denunciar que un masculino, a bordo de un motovehÃculo, la habÃa obligado a entregar un conducto telefónico no alámbrico de transmisión mediante sistema de celdas.
-Un celular.
-Un conducto telefónico no alámbrico de transmisión mediante sistema de celdas.
-Ok, ¿y después?
-El personal policial solicita a la femenina una descripción del estigma somático del malviviente, de donde surgen datos clave para el esclarecimiento del hecho.
-¿Qué datos?
-El sujeto tenÃa pelo negro y tez morena.
-Se afinaba la búsqueda.
-Claro. La División Estigmas Somáticos nos transfiere entonces un archivo conteniendo los datos de los 330.000 sospechosos, y asignamos dos hombres para comenzar a chequear cuáles de ellos habÃan estado en la zona del delito el dÃa y hora del ilÃcito.
-No debe haber sido fácil.
-Sinceramente no, porque los primeros 722 sospechosos encontrados, al preguntárseles si el 15 de febrero habÃan robado un celular en el Barrio España, respondieron que no.
-Si el autor estaba entre las personas abordadas, podrÃa haber mentido.
-No creo. No creo. Pero nunca se puede descartar una hipótesis de ese tipo.
-¿Cómo llegan a la pista de Facebook?
-Personal de la División Redes Sociales nos indica que en un perfil de Fasebuk se estaba ofreciendo un conducto telefónico de las caracterÃsticas indicadas por la vÃctima del robo.
-¿Qué caracterÃsticas?
-Negro, de forma rectangular, con un botoncito que tenÃa pintado un telefonito verde para prenderlo.
-¿Qué pasos se siguen a partir de ah�
-Una comisión de la División Delitos Informáticos viaja a California, Estados Unidos, para entrevistarse con Marck Zuckerberg, masculino, norteamericano, instruido, de profesión presidente de Fasebuk, para pedirle el legajo de la persona que figura como ofertante del conducto telefónico.
-¿Y los atiende Zuckerberg??
-No, justo ese dÃa estaba ocupado, asà que la comisión es derivada a la señorita Lu Min, coreana, instruida, de profesión becaria en la oficina de informes del edificio Zuckerberg, quien indica que los usuarios de Fasebuk no tienen un legajo, sino que sus perfiles son accesibles a través de internet.
-¿Ustedes no sabÃan que los perfiles de los usuarios de Facebook están en internet?
-No podemos estar en todas, señor periodista.
-¿Entonces?
-La comisión regresa a Resistencia, ingresa a un cyber próximo a la Jefatura, se abre un perfil a nombre de una agente de la fuerza y se rastrea el nombre del sospechoso, apareciendo un perfil con foto coincidente con el estigma somático denunciado por la vÃctima, a quien se cita para que identifique al masculino y señala que se trata del malviviente que la asaltara.
-Entonces lo buscan y lo arrestan.
-El perfil tenÃa información personal restringida para personas que no fueran contactos de este sujeto, por lo que la agente en cuestión le envÃa una solicitud de amistad. PermÃtame que le muestre con esta nocbu.
-¡Pero en su foto ella aparece con uniforme!
-No somos tontos, señor periodista. FÃjese que en el perfil ella pone "empleada bancaria, no policÃa".
-¿Él la aceptó?
-SÃ, y entonces comienza la parte más difÃcil, que era ganarse la confianza del sujeto, ya que, efectivamente, el malhechor tenÃa en oferta el conducto telefónico robado.
-¿Ella logra chatear con él?
-Afirmativo. Dialogan, ella simula interesarse en él, él la invita a salir, ella simula entusiasmarse con la salida, se encuentran, él la invita a tomar algo, luego le ofrece ir a un albergue transitorio de la ruta 11, ella simula que le agrada la propuesta, se van, él le pide sexo oral, ella simula que le agradan esas perversiones, él -forcejeando para sacar el miembro de la boca de ella- la penetra vaginalmente y la bombea dos horas y cuarto, ella simula disfrutarlo y le araña toda la espalda, él la invita a retirarse y ella le ordena tomar otro turno más, discuten, él grita, ella lo reduce, hasta que el propietario del motel llama al 911 y se logra la detención del sujeto.
-¿Está en la comisarÃa?
-No, en el Hospital Perrando, con un grave cuadro de deshidratación.
-El celular ya fue devuelto.
-No, pero lo tenemos ubicado. Es que llegó un momento en que nuestra agente seguÃa exigiendo sexualmente a este sujeto, y él intentó cumplir con lo que tenÃa a mano. En fin, lo importante es que lo tenemos ubicado. Las radiografÃas no mienten.
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Comentarios
Aguante CLETO !!!
Huy !!! Nos hiciste acordar que encima pedimos Justicia y Cárcel para los Responsables ... Está bueno tu comentario, Cleto. Te voto positivo.
Es decir: unos, nosotros, que seguiremos siendo afanados obstinadamente por cuanto chorro pase a nuestro lado o tenga oficina frente a la plaza central.
Otros, ellos, que no cejarán en su cometido, es la vocación de servicio. Servicio que brindan los medios que están a su alcance, aunque se pinchen las gomas de los autito pedorros que usan.
Un alto oficial (1,82 de estatura), perteneciente al grupo que comanda el inefable Comisario X, deslizó algo de información con respecto a los asuntos a los que se dedican.
La primera misión de la mañana, es la requisa de panaderÃas y el secuestro de biscochos como prueba para el análisis con yerba mate. Avisan por celular para que calienten el agua.
Luego, llamado a las diversas carnicerÃas para que reserven el churrasco que en algún momento pasarán a buscar.
Arreglado el asunto de los avÃos, se dedican por entero a otras misiones.
Asà pudimos enterarnos que tenemos 2 agentes del 911 que afilan con la misma chica, y los dos saben, sin saber que el otro sabe, razón por la cual chatean permanentemente con la percanta para ajustar horarios.
Hay algunos que discuten con sus colegas sobre partidos de fútbol, y de paso avisan donde están los lÃos de tránsito, piquetes, algún arrebato o cualquier otro evento que hay que esquivar. Trabajan en equipo.
Otros, llaman todo el tiempo al celular de su mujer, de modo que si los están gorreando por lo menos les rompen las bolas al tipo.
A la noche, avisan a las pizzerÃas que ya están en alerta máxima. Consiguieron la birra. Luego, en temeraria recorrida pasan a buscar la de anchoas.
De tal modo que no es de extrañar el éxito que acompaño a la pesquisa relatada, y, con alegrÃa, nos esperanzamos en recuperar los 12.000 aparatos que faltan.
Y se sabe de uno ¡si, uno!, que traicionó el espÃritu de cuerpo de esta delegación y usó el celular para reportar un arrebato de cartera a una viejita en la peatonal.
Siempre hay un buey corneta.
La respuesta puede ser maravillosa.
De nada.
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