Daniel Scioli sabe lo que es estar en el ojo de una tormenta. Cuando un accidente de competiciones náuticas le hizo perder un brazo, su mundo personal colapsó. Cuando fue derrotado en el balotaje que lo dejó a pocos votos de ser presidente de la Nación, su carrera polÃtica sintió el impacto. Ahora ambas dimensiones se tocan en un nuevo huracán que lo involucra: el escándalo de supuestas infidelidades y pedidos de aborto en su relación con la modelo Gisela Berger, tres décadas y media menor que él. Su trayectoria personal y la partidaria parecen naufragar.
Su reacción fue probablemente la menos noble pero sà la más lógica. Se encerró y eludió hablar del tema. Ya bastante mal le habÃa ido con una entrevista con Jorge Rial en la que reveló el embarazo de Berger y buscó mostrarse como un futuro padre inseguro pero feliz. Apenas horas después, Gisela le dirigió un misil entre los ojos: contó que él, al saber de su estado de gravidez, le dijo que el embarazo "era una cagada" y le sugirió que lo interrumpiera.
"Eso no fue tan asÃ", dice ahora, en el loft de un dirigente justicialista del Gran Buenos Aires que hizo de puente para que se pudiera concretar el contacto con Angaú Noticias. "Le dije que era una cagada porque apenas una semana antes yo habÃa vendido un cochecito que era de Lorena (Nota de Redacción: la primera hija del ex gobernador) y habÃa regalado un montón de pañales, que podrÃan habernos servido para el bebé. Y cuando le pregunté 'si se podÃa hacer algo', no me referÃa a un aborto, sino a si podÃamos seguir teniendo relaciones Ãntimas o ya empezaba la cuarentena sexual", explicó en la charla con AN.
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Nervios y mensajitos
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Atardece sobre Buenos Aires. Los sonidos del tránsito porteño llegan atenuados por la altura de este decimoséptimo piso. El dirigente que ayudó a gestar la entrevista nos mira desde una silla alejada y atiende el teléfono de Scioli, que se muestra afable pero tenso. Cuando ve que encendemos el grabador se repliega y parece, por un instante, que nos pedirá que cancelemos todo. El diálogo periodÃstico, sin embargo, comienza.
-¿Cómo ve la situación?
-Mal, obviamente. La inflación sigue en niveles altÃsimos, la "lluvia de inversiones" jamás llegó y continúa la destrucción sistemática de puestos de trabajo. Es un cóctel explosivo que se está tapando con endeudamiento, pero ése es un callejón sin salida. Los argentinos sabemos cómo termina esta historia.
-Me referÃa a su situación personal.
-(Duda, hace un gesto a su amigo pidiendo un vaso de agua) Bien, bien. Es decir, con algunos problemas que se volvieron públicos, pero que por ahà son los problemas de cualquier persona común. Soy una figura pública pero también un ser humano con alegrÃas, con conflictos, con luchas, con victorias... ¿Quién alguna vez no perdió una elección presidencial y al toque se separó para luego dejar embarazada a una chica varias décadas menor y ella salió a mostrar chats Ãntimos de uno con una modelo hot?
-Hay varios aspectos que se le cuestionan. Uno es haber simulado una relación estable con Karina Rabolini sólo para la imagen de la campaña electoral.
-No, no hemos simulado nada. Son cosas que los medios... Karina misma no hubiese admitido algo asÃ. Que lo digan es violencia de género hacia ella. Y si lo dice una periodista mujer, es violencia de género hacia mÃ. Y si lo dice un periodista hermafrodita... Bueno, no sé cómo serÃa en ese caso. Pero a Karina la amé, fue una mujer importantÃsima en mi vida.
-Llamó la atención que la pareja se terminara casi al mismo tiempo que el escrutinio del balotaje...
-¿Y yo qué podÃa hacer? Son cosas de la vida. Es otra familia que destrozó Macri.
-Porque otra cuestión que sale a la luz ahora es que usted, estando en supuesta relación con Karina, hacÃa viajes en los que también iba Gisela. Hasta la hacÃan figurar como azafata para que estuviera cerca suyo.
-No, no sabÃa eso. (Hace gesto de pensar) ¡Aaaaaah, la azafata rubiaaaaaa!¡Nooo (se rÃe), no te puedo creer!¿¿Era ella, decÃs?? (Bebe de su vaso) Jaja, qué loca esta Gisela.
-Y después vino lo de los chats calientes con SofÃa Clérici.
-(Fastidiado) Ya hablé de eso, ya expliqué cuál es mi relación con SofÃa, que es una empresaria del rubro lencerÃa con la que...
-¿Se reúne con muchos otros empresarios a escondidas en los hoteles?
-(Tenso) Eso es algo que dicen ustedes. Me reúno en hoteles, sÃ. Como miles de dirigentes y estadistas del mundo. Siglo XXI, muchachos.
-¿Ella le mandaba fotos Ãntimas?
-Ya lo aclaré, muchachos (se sonrÃe sin ganas). Ella vende lencerÃa, a veces difunde sus productos haciendo circular las fotos de esa manera... Hubo un tiempo en el que se dedicaba a la decoración, y vos llegabas a tu casa y ¡zas! estaba ella cambiándote de lugar todos los muebles. Y antes habÃa sido enfermera. La de veces que te acercabas a saludarla y ¡zácate!, te ensartaba la antitetánica o la BCG.
-¿Pero SofÃa Clérici no le mandaba también fotos de ella desnuda?
-(Piensa) SÃ, sÃ. Para mostrar cómo luce una mujer cuando no usa su lencerÃa. Es marketing.
-¿Volvió a hablar con Gisela?
-Es... Yo... No hay una comunicación al cien por ciento. Mando mensajes, más que nada. Hace un ratito le mandé una imagen de Winnie Pooh usando Whatsapp, muy dulce. Pensé que iba a generar algo. No me contestó todavÃa. Por ahà me desanimo, francamente. Al final en las relaciones doy todo y quedo en banda. Yo entiendo que hubo malentendidos. Ella piensa que la engañé, entendió mal algunas cosas y cree que yo no querÃa este embarazo... No es asÃ.
-¿No es as�
-Nooo, no, no. No. Lo juro por la salud de la doctora Carrió. Es más, yo busqué este embarazo. Yo necesito volver a creer en el amor. Y ella es la persona que siempre busqué. Tenemos muchÃsimas cosas en común. A los dos nos gusta Playa del Carmen y viajar en primera clase. Adoro a su familia. Su madre, su padre, son seres maravillosos. ¿O habÃa muerto el padre cuando ella era chica? (Scioli dirige la pregunta hacia el dirigente amigo, que se encoge de hombros y con un gesto pide tiempo para ponerse a guglear y verificar el dato). Tengo fe en que sabremos ser maduros y sacar adelante este relación hermosa. Quiero envejecer a su lado. Y sé que ella... Ella quiere volverse menos joven. De corazón les digo: esa pÃcara pequeñuela de ojos de cielo tiene mi alma entre sus manos.
-¿Por qué dice que necesita creer en el amor?
-(Piensa) Porque sufrà mucho. Karina era muy violenta. Más que Cristina. Sobre todo cuando bebÃa demasiado. O cuando perdÃa mucho dinero en las carreras de galgos. A veces volvÃa, bañada en sangre por los perros perdedores a los que golpeaba con sus tacos altos hasta dejarlos ciegos. Pero no quiero victimizarme. No especulo, como se dijo por ahÃ. Yo sólo quiero que esa criatura que está en camino tenga al mejor padre del mundo, y que crezca en un paÃs con paz, pan, trabajo, justicia social, seguridad, 82% móvil para los jubilados, tasas al 5% anual para que las familias sin techo propio puedan construir sus viviendas mediante un fideicomiso integrado con fondos públicos y privados, todo sostenido mediante una relación madura con el mundo, que sé que apoyará nuestra gestión.
-¿Qué le dirÃa a Gisela si estuviera leyendo esta entrevista?
-Atendeme. Te juro que cambié.
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