Habitantes de las islas del Delta de Tigre y San Fernando marcharon este martes a la sede de la empresa Edenor, en el centro de San Fernando, a un mes del temporal que los dejó sin suministro eléctrico, y exigieron la «restauración del servicio», un plan de obras definitivo y remarcaron que «no merecen vivir sin luz».
Con carteles que decían «El Delta abandonado por Edenor» y con el sonido de redoblantes y cacerolas, casi un centenar de isleños se concentraron este mediodía bajo la lluvia en la Plaza Bartolomé Mitre, en el centro de San Fernando, desde donde marcharon una cuadra hasta la sede de Edenor, ubicada en Sarmiento 1342.
«Estuvimos 28 días sin luz, volvió ayer y se cortó otra vez. Ni siquiera un día duró. Eso implica que no podemos trabajar, ni hacer las compras ni mandar un mensaje», aseguró a Télam Marisa Negri, habitante de la segunda sección del Delta bonaerense, en el partido de San Fernando, quien remarcó que lo más preocupante es la incomunicación y que no saben cuál es el estado de situación de muchos vecinos de la tercera sección, la zona más alejada del continente.
«No hay señal ni internet y nadie hizo un recorrido para ver cómo están esos vecinos», alertó esta profesora de literatura que desde hace un mes tiene que «arreglárselas» para refrigerar los alimentos.
«Estuvimos 28 días sin luz, volvió ayer y se cortó otra vez. Ni siquiera un día duró. Eso implica que no podemos trabajar, ni hacer las compras ni mandar un mensaje»Marisa Negri
«Remojamos cosas en el río y como tampoco tenemos agua, hay que ir hasta el muelle a buscar un balde de agua para el baño o la cocina. No podemos usar la heladera ni prender un ventilador. No nos merecemos vivir así», se lamentó.
Por su parte, Gabriela Ramos, colaboradora de la Biblioteca Popular Santa Genoveva del arroyo Felicaria, alertó que en la sala de primeros auxilios del arroyo los médicos no tienen agua ni luz porque no funcionan los grupos electrógenos y tienen que «ir a buscar agua al río y hervirla» porque dejó de pasar AySA con el servicio de emergencia para la distribución de agua potable.
Al grito de «queremos luz», los isleños protestaron frente a la sede de Edenor bajo una llovizna persistente hasta que les permitieron ingresar a dos vecinos para reunirse con las autoridades.
Los casi cien vecinos que se concentraron advirtieron que muchas familias no pudieron llegar por la lluvia y la crecida del río.
Tras la reunión, el isleño Daniel Bracamonte contó que Edenor les informó que para este fin de semana estaría restablecido el servicio en la primera sección y, para el lunes, en la segunda y tercera, aunque se estima que «quedarán casos puntuales de resolver».
«Es muy relativo que toda la gente tenga luz el lunes, sobre todo en la segunda y tercera sección», apuntó a Télam Bracamonte, y adelantó que en la audiencia del próximo viernes van a exigir «un plan de obras definitivo».
Este viernes a las 9.30 tendrá lugar una audiencia informativa en la Dirección Provincial de Islas, ubicada en Lavalle al 733, en Tigre, donde se reunirán funcionarios de Edenor con representantes de las y los usuarios damnificados de las tres secciones del Delta Bonaerense, la Subsecretaría de Asuntos Territoriales y la Subsecretaría de Energía bonaerenses; y autoridades de los Municipios de Tigre y San Fernando, la Defensoría del Pueblo bonaerense y el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE).
Entre las consignas de la marcha, también pidieron Justicia por el isleño fallecido, Rubén Haita, y por el operario herido, Natanael Manke, y demandaron que el Estado intervenga para exigir condiciones de seguridad a la empresa Rowing subcontratada por Edenor.
Los isleños demandaron que el Estado intervenga para exigir condiciones de seguridad a la empresa Rowing subcontratada por Edenor
El 6 de enero Haita falleció cuando trabajaba en las islas del Delta del Tigre en la reparación de daños ocasionados por el temporal.
Con cantos como «Ni lluvia ni viento, es falta de mantenimiento» o «¡Qué basuras, hace 30 días Edenor nos tiene a oscuras!», el grupo mantuvo la protesta a lo largo de dos horas, sin que importara la lluvia incesante.
A Luis Cancelo la luz nunca le volvió desde el temporal del 17 de diciembre. «Tenemos un grupo electrógeno, pero el tema es sostenerlo porque son unos 15 litros de nafta por día. En un mes hemos gastado cerca de 400.000 pesos; pudimos hacer ese esfuerzo, pero hay un montón de vecinos que no», remarcó a Télam el hombre de 67 años que vive en la segunda sección, sobre el río Paraná Miní.
Por otro lado, señaló que se encuentra «totalmente incomunicado» y que no tiene forma de llamar al hospital más cercano en caso de una emergencia.
En tanto, Favio Kotwica, de 56 años y nacido en el Delta, subrayó que la falta de luz es un problema que se repite en la isla, más allá del temporal que visibilizó la situación de emergencia.
«Mi lugar es la isla y me quiero quedar. No quiero que me echen porque eso es lo que está pasando: están echando a la gente», concluyó.